Evangelio según San Mateo 5,17-19.
No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
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El Reino de los cielos es una persona, Cristo. Quien ama con todo el coraz'on busca y hace todo lo posible para que el amado se sienta m'as amado. El que ama verdaderamente busca que su amado se encuentre bien, satisfecho, alegre,... en definitiva, amado.
La Ley es la pedagog'ia divina, con la cual el hombre es instruido por el camino de la verdad. La Ley, plenificada en Cristo nos ha llevado a conocerlo y una vez conocido nos ha llevado a amarle. La Ley tiene como finalidad amar a Cristo y vivir la caridad.
Por eso, la caridad debe ser nuestra meta, y nuestro verdadero hogar debe ser el cosatado de Cristo. Nuestra verdadera casa debe ser la herida de su costado. ?Por qu'e? porque del costado de nuestro Senor ha brotado el manantial de vida que nos alimenta y nos salva. Porque del costado de Cristo a brotado la Iglesia. Porque del costado de Cristo ha manado nuestra salvaci'on.
Del costado de Cristo ha nacito, tambi'en, Nuestra devoci'on a Mar'ia, porque ella es una gran prueba de amor de Nuestro Senor.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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