29 octubre, 2012

Raíces

Evangelio: Lucas 13, 10-17


"A ésta, que es hija de Abrahán, ¿no había que soltarla en sábado?"
Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: "Mujer, quedas libre de tu enfermedad". Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: "Seis días tenéis para trabajar: venid esos días a que os curen, y no los sábados". Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: "Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo llevaba a abrevar, aunque sea sábado? Y a está, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?". 
A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.

Cuantas veces como esta pobre mujer, ha estado nuestro pobre corazón, y aun después de siete años de camino de conversión sigue atado por si mismo en este mundo pasajero, prendiendo raíces en la tierra que con el tiempo cambia y se acaba. nuestro corazón ha de ser como el de esta mujer que acudió a Jesús con total confianza para que la sanara, y tal fue su amor que no solo la sano sino que la arrebato de este mundo para unirla a su corazón y en hacer las verdaderas raíces que si valen la pena.
De que le sirve al hombre ganar en mundo entero, si pierde su único amor JESÚS.
Todo por la inmaculada, nada sin ella.

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