23 agosto, 2013

Sólo Dios

Evangelio según San Mateo 22,34-40.
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar,
y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?".
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".
+++
Creo que si sólo pudiera conservar una perícopa de la Sagrada Escritura guardaría esta. Al final ¿no es lo más importante? Toda la historia de la salvación se resume en este mandamiento: amar a Dios y al prójimo. Toda la Revelación de Dios se resume en este mandamiento. Todas las prescripciones de Cristo apuntan a este mandamiento. La existencia de la Iglesia apunta a este mandamiento. Por esta razón lo más importante y lo verdaderamente esencial es el amor a Dios y al prójimo. ¿Qué más podríamos decir? ¿qué más podríamos esperar? ¿qué más podríamos anhelar? Sólo Dios basta. Sólo Dios. Y amar a Dios es también amar al prójimo, no porque sea Dios, sino porque así lo quiere Dios.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
(Imagen tomada de: http://arquehistoria.com)

No hay comentarios:

Search