“No todo el que me diga; Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad del Padre” esta es la razón y ser de nuestra vida; “Hacer la voluntad del Padre” es lo que debemos pedirle al Señor, Poder hacer la voluntad del Padre.
El Señor compara esto con un hombre sensato pues si no por decir Señor nos salvaremos sino haciendo la voluntad del padre entonces el que escuche sus palabras y las vuelva practica será inteligente, prudente y podrá seguramente heredar el reino de los cielos, pues se parece al que construye sobre roca, vendrán tormentas y cosas difíciles y logrará superarlas todas pues su vida no está sumergida entre las cadenas del pecado, su vida está en Jesús que es la roca firme.
Sin embrago nuestra vida la hemos construido sobre la arena, han caído las aguas, la tormenta y los problemas de nuestra vida y la casa se vino abajo, y la casa se ha derrumbado. ¿Cómo está nuestra casa hoy por hoy, está caída, o se está cayendo? Algo peligrosísimo sería pensar que está sobre la roca cuando en verdad está sobre la arena, al final será la tristeza total.
Oh virgen inmaculada danos la gracia de entender el misterio de nuestra vida, de amarte y de construir nuestra casa sobre la roca firme que es Jesús tu hijo amado, mamá llévanos a Jesús.
¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!
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