15 diciembre, 2010

Miércoles, 15 de diciembre de 2010. Lc 7, 19-23

«Entonces respondió a los enviados: "Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído” »

Juan envió a dos discípulos, para que hubiera testigos de la respuesta del Señor, para que cuando uno fuera a perder la atención en Jesús, el otro le ayudara a concentrarse ¡Que importante es la compañía de otra persona en la vida espiritual! Obviamente tenemos que rendir cuentas por nosotros, pero la vida en comunidad es fundamental para observar la voluntad divina, para permanecer en el encuentro con Jesús.

La respuesta de Jesús fue posterior a las obras que realizó, seguramente la atención de los dos discípulos estaba centrada en él, por lo cual pudieron dar verdadero testimonio.

Virgen María, que tu contemplación contenga mi alocada fantasía, que tu visión no interrumpida de Dios llene con su presencia mi memoria, sé mi compañerita en el camino espiritual, sé tu quien me auxilies por medio de tus consagrados, sé tu quien me pongas la(s) persona(s) con quien deba acudir a Jesús, aprender de él y ser testimonio de su amor.

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