Domingo, 30 de octubre de 2011. Mt 23, 1-12
Muchos de nosotros hemos querido hacer grandes obras de fe, hemos querido ser radicales pero aun no lo somos, podríamos asumir la actitud del fariseo, pero… ¿Cómo no ser fariseos, aun en la lucha y debilidad?
Jesús nos dice que los fariseos no están dispuestos a mover un dedo, que todo lo que hacen es para que los vea la gente, entonces quienes queremos dejar de ser fariseos debemos por lo menos, aun en la debilidad, estar DISPUESTOS, ser servidores, y ésta actitud ordenarla de cara a Dios.
Tan complejo, pero a la vez sencillo, todo brota de una disposición del corazón, de la actitud de la Virgen María, que desde su pequeñez aceptó a Dios y pronunció el Fiat del Amor. Madre, que tu ardiente caridad incendie la tibieza y frialdad de mi pecho! Santo es el que nunca se cansa de esforzarse y que busca amar.
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