Lc 11, 27-28
¿En qué estaba pensando aquella mujer que dijo: "dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron"? Esta mujer estaba tan fascinada con Jesús que no sabía qué decirle. Seguramente estaba pensando en que el Señor era diferente, que atraía, que convencía, que... era un buen partido... ¿Por qué no? seguramente Jesús tuvo un buen "club de fans" que lo seguían. Mas, esta mujer, comprendiendo que no podría tener a Jesús de una manera conyugal pensó en lo dichosa que fue María al poder vivir con Jesús.
A mí me gusta imaginarme a un grupo de señoras sentadas a lo lejos escuchando lo que el Señor decía y pensando para sí: "¡qué hombre! lástima que sea maestro... ¡qué desperdicio!" después, alabando al Señor por medio de su Madre: "dichoso el vientre que te llevó..." ¿Acaso eso no es una alabanza a Jesús? ¿Acaso eso no es un grandísimo cumplido para el Señor tributado auténticamente por medio de su Madre? Es imposible mencionar a María sin alabar a Jesús.
Pero el Señor, conociendo los corazones de esas mujeres les dijo, palabras más, palabras menos: "mija, más bien dichosa quien se casa conmigo místicamente... dichosa más bien la que es mi madre al escuchar mi Palabra y cumplirla".
Conclusión:
Alguien, por medio de María (la mujer que lo llevó en su vientre) alaba a Jesús...
Jesús, por medio de la comparación (dichosos más bien los que escuchan...) devuelve la alabanza a María.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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