Jesús contestó: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.
Si me conocen a mí, también conocerán al Padre. Pero ya lo conocen y lo han visto.»
Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre, y eso nos basta.»
Jesús le respondió: «Hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces, Felipe? El que me ve a mí ve al Padre. ¿Cómo es que dices: Muéstranos al Padre?
¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Cuando les enseño, esto no viene de mí, sino que el Padre, que permanece en mí, hace sus propias obras.
Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanme en esto; o si no, créanlo por las obras mismas.
En verdad les digo: El que crea en mí hará las mismas obras que yo hago y, como ahora voy al Padre, las hará aún mayores.
Todo lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su Hijo.
Y también haré lo que me pidan invocando mi Nombre.
+++
Cuando nosotros recomendamos a alguien a un amigo muy cercano, ese alguien es tratado con preferencia por ser enviado de nuestra parte. Por ejemplo, cuando recomendamos de una manera especial a un pariente a ese médico que ha sido cercano a nosotros, el pariente es atendido como si fuera uno mismo, porque como dicen por ahí: "los amigos de mis amigos son mis amigos".
Si así es con nosotros, ¿cuánto más sucede con Jesucristo y el Padre? Jesús es enviado del Padre y todo cuanto Jesús hace es en su nombre. Jesús y el Padre están tan unidos que las obras de Jesús son las del Padre y la Voluntad del Padre es la voluntad de Jesús. Ellos dos son "un sólo corazón y una sola alma" porque son uno en la voluntad.
Si nosotros decimos que somos uno con aquellos que son más cercanos (como los hermanos gemelos o los esposos o los mejores amigos) ¿cuánto más podemos hablar de que Jesús y el Padre son uno?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario