Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador.
Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno".
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¿Qué se necesita para ser tierra buena? Viéndolo desde el punto de vista humano, no es nada fácil ser esa tierra fértil, por lo siguiente:
+ El Maligno siempre está acechando como un pájaro para robarse la semilla
+ Todos tenemos preocupaciones económicas o materiales que ahogan la Palabra como los espinos
+ Todos queremos escuchar la Palabra con alegría pero estamos atribulados por las persecuciones o tribulaciones.
Además, para ser tierra fértil no sólo hay que escuchar la Palabra, ser constantes, desprendidos de lo material y firmes en las tribulaciones y persecuciones, sino que, además de eso, ¿hay que comprenderla!...
Vaya problema... ¿cómo hacer para comprenderla? ¿Qué pasa si somos "cortos" de entendimiento? ¿O a qué tipo de comprensión se refiere el evangelio? Por lo que veo, no es fácil ser tierra buena... pero ¿qué sentido tendría la vida si fuera fácil serlo?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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