En Jesús siempre hay algo impredecible cuando toma la palabra, lo único predecible de estos momentos es que nunca le falta amor para decir a las almas que lo necesitan escuchar para bien de si. siempre que Él habla cada palabra queda sembrada como un dardo en el corazón, un dardo encendido que traspasa las fibras mas intimas del ser. ahora pienso en que causarán estas palabras en el divino corazón de aquel padre que por amor lo entrego, que con el mas grande amor lo observo en cada momento de su vida, cuando sonrío, cuando lloro, cuando enseño, cuando sano y libero, con cuanto amor aquel padre de la eternidad escucho cada palabra que salia del corazón de Cristo, y es que en este hijo tenia todas sus complacencias. con que podríamos describir el amor entre el padre y el hijo, que murieron para vivir en los corazones de quienes no eran dignos ni siquiera de desatar las correas de sus sandalias, que mirada en ellos dos que unión tan profunda y perfecta, y que contradicción tratar de apartarse de este amor que quema constantemente lo mas profundo de quienes les aclaman con humildad y contrición verdadera de corazón.
las palabras del amor entraron al corazón del amor eterno y causaron una herida tan profunda que jamas se podrá cerrar, y en esa herida estamos todas sus criaturas amándolo y mejor aun dejándonos amar por Él.
Todo por la inmaculada, nada sin ella.
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