Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo".
El les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles.
Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!
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La buena semilla sembrada por el Hijo del hombre, es decir, por El Verbo eterno del Padre, siempre será semilla buena, puesto que las semillas buenas no dejan de serlo por el hecho de que estén en tierra árida, en terreno pedregoso o aunque sean comidas por los pájaros. Así mismo, la cizaña no va a dejar de ser cizaña aunque caiga en tierra buena y crezca mucho.
Yo siempre he visto esta parábola como difícil de entender, porque deja el sabor de que la semilla buena se corrompe y se convierte en semilla mala, en cizaña; pero esto no es cierto, porque una planta no se convierte en otra. Lo que sí puede suceder es que la cizaña ahogue a las plantas buenas y no las deje dar fruto o no las deje crecer y mueran o simplemente las deje enanas, ahí sí se comparan con la cizaña y no sirven más que para el fuego.
Del evangelio según lo entiendo yo:
El que siembra a los hombres en el mundo es Dios mismo. Todos los hombres son buenos por naturaleza aunque inclinados al mal debido al pecado original. Todos pertenecen al Reino, mas no todos quieren llegar a él.
La cizaña es el mundo, el Demonio y la carne que el enemigo mismo pone junto a los hombres para que no se salven y no lleguen al Reino. Estas tentaciones harán que muchos Hijos de Dios sean como la cizaña.
El fin del mundo será la cosecha, y así como se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será el fin del mundo en el que se arrancará todo lo que no haya dado fruto y sólo sirva para ser quemado.
Llegarán los ángeles y arrancarán del mundo los escándalos (cizaña) y a todos los que hicieron mal (los que se comportaron como cizaña) y los arrojarán al horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes.
El que tenga oídos que oiga.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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