Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.
Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
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Jesús se llevó de retiro a los apóstoles que estaban agotados por la misión. Pero cuando llegaron a "la casa de retiros" se encontraron con una multitud sedienta de Dios y hambrienta de Verdad. ¿Qué hizo Jesús? ¿Será que los iba a dejar como niños hambrientos siendo Él el Pan de Vida? Ni siquiera pensarlo.
¿Y nosotros, enviados por Dios a evangelizar, también nos gastamos y desgastamos por las almas? ¿O será que sólo atendemos a los necesitados en horario de 2 a 4? ¿Será que tenemos horas para ejercer la caridad o vivimos la caridad a todas horas? Siempre corremos el riesgo de convertir la evangelización en una simple empresa con horarios y honorarios.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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