Haciendo un vistazo a la ciudad y en ella a su gente, esa que corre de aquí para allá y de allá para acá; escuchando las quejas de lo poco que rinde el tiempo y millón cosas que salen de una boca que expresa lo que el cuerpo a veces calla: cansancio, estrés, rutina... y otro montón de cosas más me pregunto, por qué si Jesús nos dice "venid a mí todos los que estén cansados y agobiados, que Yo los aliviaré" , no tratamos de escuchar esa voz y efectivamente llevar a cabo este mandato y al mismo tiempo me respondo: ahí está el problema NO ESCUCHAMOS. Nos dejamos absorver por tantas actividades y tanta información que no logramos ni ver ni escuchar a Dios. El hombre de hoy no cristianiza nada, todo lo vuelve material, no somos capaces de ver la mano de Dios en todo, porque lo hemos olvidado para dar más importancia al hombre y su materia. Es muy triste tener que decirlo, pero si en verdad fuéramos más de espíritu que de carne entonces todo lo hiciéramos pensando en quien lo creo todo, en aquel que aunque no lo pensemos nos piensa, en ese que no tiene reconocimiento de todo lo que hizo, hemos olvidado a Dios y por eso nos sentimos cansados, oprimidos, agobiados, estresados, que no damos más, las cargas del hombre son pesadas porque todo lo hace sin su creador, el mismo Jesús decía más adelante "cargad con mi yugo... porque mi yugo es llevadero y mi carga es ligera" tenemos la solución pero no la acogemos, es oen parte también se debe a nuestra gran soberbia, al deseo de tener, de poseerlo todo, estar a la vanguardia y por encima de los demás. A esto, Jesús también tiene una frase que nos reprende con amor y nos anima a no dejarnos absorber por el mundo "aprended de Mí que soy manso y humilde de Corazón".
El hombre no acepta tener lo necesario, el quiere seguir encarcelado en la fama, el dinero, el poder, el prestigio y todo lo que no le permite tener la VERDADERA LIBERTAD dde los hijos de Dios.
Señor danos la gracia de comprender que el mundo es sólo un lugar de estadía no nuestra casa y por ello debemos más que tratar de conseguirlo todo aquí, buscar tener propiedad en el cielo, allá donde ya nos tienes moradas para vivir eternamente junto a ti.
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