Hay varios aspectos relevantes y
muy interesantes en cada palabra expresada en este pasaje: el primero y uno de
los que más me encanta meditar: EL LLAMADO que Jesús le hace a Leví. Es el
mismo llamado que nos hace a cada uno, en la cotidianeidad de nuestros
quehaceres en lo común de nuestros días, porque Jesús para llamarnos no nos
necesita haciendo cosas extrañas ni en una montaña, Él necesita gente en medio
de la gente para que quienes escuchen su voz y se levanten del suelo puedan ser
hombres que estén dispuestos a ayudar en el levantamiento de los demás, que
ayuden a Jesús en esa labor de la conversión de las almas, ps es que cómo sería
un hombre en una montaña solo, no evangeliza a nadie más que a las plantas y si
hay, a los animales, y para qué si los que necesitan conversión son los hombres
que habitan ciudades y pueblos, aquellos que como Mateo viven sumergidos en el
servicio al mundo y tal vez no por gusto propio sino porque les toca, ps a
veces hacemos el papel de malos no porque el corazón esté dañado o porque en él
no pueda haber amor, es simplemente porque no hay más que hacer.
Es que el hombre sin Dios no
piensa siquiera en lo que está haciendo, porque no tiene un rumbo, no tiene un
sentido en su vida, peor aún no hay ni siquiera una esperanza; muy diferente
los hombres en Dios que ya teniendo una visión menos opacada por el pecado
comprenden mejor lo que hacen y para qué lo hacen, tienen una visión celestial,
un anhelo de llegar a la patria de donde salió… tal vez a Mateo le ocurrió
esto, que trabajaba para un imperio sin pensar que apoyándolos ayudaría a que
su pueblo cada vez más fuera reprimido, pero cuando escucha la voz de Jesús,
que no le habla a los oídos sino al corazón él se levanta sin pensarlo dos
veces, él sólo dejó que el amor lo condujera por el camino que debía seguir y
es de esta manera como lo encontramos entre nuestra historia como un verdadero
apóstol que da la vida por las almas y busca el Reino de Dios en toda su
gloria. Un hombre que acoge las palabras que su Maestro expresa en casa, no ha
venido a buscar los sanos sino los enfermos, pero más que físicos, enfermos del
alma aquellos para los que les hizo el llamado este Jesús que se hace hombre,
ps buscaba que cada corazón encontrara eso que Mateo ya había obtenido el amor
de Dios en su corazón y el camino que le conduciría a la Patria celestial.
Los más enfermos no son los postrados, los más enfermos son
los que en libertinaje vagan en el mundo y sin saberlo, buscan el AMOR.
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