11 abril, 2011

"El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra".



La miseria del hombre no tiene limites, pero el amor de Dios y su perdon no alcanzan logica alguna, su compasion rescata del abismo al que esta en un callejon sin salida. su juicio es justo y no condena al hambriento de amor, antes bien lo levanta de su postracion con cariño, haciendole advertencia de las consecuencias de su pecado.

El mundo tiene su manera de proceder y juzgar, por que solo ve la apariencia del acto consumado, pero solo Dios puede leer el corazon y sus intenciones , escribiendo en la tierra infertil de nuestra existencia la nueva historia de salvacion.

mi compromiso como hija de Dios es nunca juzgar los actos de mis hermanos, sin antes haber introducido mi corazon y mis juicios en el corazon compasivo y misericordioso de mi dulce Jesús, y ¿quien soy yo para juzgar si tanto él me ha tenido que perdonar?

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