22 abril, 2011

Traición con Amor se paga.

Evangelio según San Juan 18,1-40.19,1-42
"Soy yo" dijo Jesús, de inmediato cayeron todos por tierra. Tal fue la fuerza de esa expresión que fueron derribados todos los que no creían en Jesús. Literalmente fueron derribados los soberbios de corazón. Pero más impresionante aún es saber que se levantaron del suelo como si nada hubiera ocurrido y apresaron a Jesús.
No les bastó ver las obras de Jesús, no fueron suficientes los milagros, las resurrecciones, las predicaciones, la vida intachable, el testimonio de los demás, el amor a los pobres, el perdón a los pecadores ni las Sagradas Escrituras. Aquellos hombres no querían recibir a Dios en su corazón. Para el que no quiere creer no hay argumento ni testimonio suficiente.
Al fin de cuentas, Cristo fue crucificado... la soberbia y el orgullo de todos nosotros lo clavó en la cruz. Y pensar que así lo quiso Dios para darnos la mayor lección que alguien puede recibir: "Traición con amor se paga". Dios nos pagó nuestra traición con el más grande gesto de amor: dar la vida.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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