Martes, 12 de abril de 2011. Jn 8, 21-30
¿Por qué Jesús dice a los fariseos: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?
No pueden ir a la gloria porque no quieren ir a Él y en medio de su cinismo, pensaban que Jesús se iba a suicidar, si como el estado donde van los suicidas no se lo merecerían ellos o no podrían llegar ellos, es decir, hoy muchos viven o vivimos como si no fuese posible la condenación, andamos en la presunción y seguridad en nuestras propias fuerzas, en nuestro propio conocimiento pero desconocemos nuestra concupiscencia.
¿Qué hacer entonces? ¿Desesperarnos? No, lo que hay que hacer es lo que dice Jesús: “Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.” Para ir a donde Cristo va es necesario comunicarnos con Él y aceptar lo que nos quiere trasmitir constantemente. La Buena Nueva no es extraña u oculta, solo es que está un poco velada por nuestra naturaleza pecadora que fácilmente se distrae en lo material, por consiguiente, al mirar a Cristo se tiene una visión real de las cosas, pues lo natural es que deseemos el paraíso, es el fin para el que fuimos creados, que ardamos de amor a Él constantemente.
Al reconocer el Mesianismo de Cristo, lo sobrenatural de su presencia muchos creyeron en Él. Cuando meditamos, cuando vemos el espíritu y trascendencia de lo terreno, podremos creer más en Él y estar íntimamente unidos a su corazón.
Virgen Madre, que tu contemplación contenga mi alocada fantasía, que tu visión no interrumpida de Dios llene con su presencia mi memoria, que en mis meditaciones estés presente tu para que me enseñes a Jesús, para que viva en el Reino de Dios desde ahora. Amén
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