Sábado, 16 de abril de 2011. Jn 11, 45-57
Habían planeado la muerte de Jesús, así como muchos hoy, en vísperas de la semana mayor, planean su muerte, planean como van a pecar, como van a hundir más su alma en el pecado mortal. Ahora bien, si estamos en gracia, por misericordia divina, ¿cómo estamos planeando vivir la Semana Santa? ¿Cómo será nuestra confesión esta semana? ¿Acaso estamos tibios? ¿Acaso creemos que no tenemos que convertirnos?
El mismo Jesús, Dios hecho carne, nos da ejemplo de preparación para morir a los enemigos de nuestra alma, para unirnos en su pasión. Dice la Escritura: “Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos”
Esta época es de recogimiento, de oración, de encuentro personal con Dios, que no sea para quedar bien o sobresalir entre la gente, sino para mirar y señalar a Cristo, que muere por amor a ti y a mí, que hoy está sufriendo y quiere estar con sus discípulos en oración.
Madre Inmaculada, prepara y vive en mí esta semana santa, que tus dolores sean los míos y que pueda unirme verdaderamente a ti. Totus Tuus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario