Lunes, 18 de julio de 2011. Mt 12, 38-42
¿Qué harías si tuvieras al presidente en frente tuyo? Bueno, si quizás no te apasiona la política, que tal… ¿si es el Papa? ¿Estaríamos atentos a lo que nos dijera? Seguramente nos quedaríamos pensando todo el tiempo en lo que nos dice, lo pondríamos en práctica, lo contaríamos, valoraríamos cada segundo a su lado.
La Reina del Sur se movió para escuchar a Salomón, ¿Qué hacemos nosotros para escuchar a Cristo? ¿Cuál es nuestra actitud ante la lectura de la Biblia? ¿Ante el Santísimo? ¿Acaso queremos otro signo? ¿No es su Resurrección suficiente? ¿No nos muestra a cada instante que VIVE?
El “palo” también es para mí, la primera exhortada soy yo, pues aun no conozco a Jesús, nunca lo lograré abarcar, pero podría amarle más, acércame más a Él, podría ahondar un poco más en su corazón, si tuviera más en cuenta a la Madre en la oración, en la escucha de su Palabra.
Hoy Virgen María, en tus brazos, en tu escuela, en tu corazón, quiero conocer, amar y seguir a Jesús, vivir en Él, verdaderamente orar. En vos deposito toda mi confianza, oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
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