Viernes, 29 de julio de 2011. Jn 11,19-27
La conversación de Jesús y Marta es todo un diálogo profundo de los misterios de la fe, sin embargo, es natural, es basado en la fe. Podemos saber que Jesús es la Resurrección y la Vida, pero… ¿lo crees? Aquí Marta nos da una profunda enseñanza, aun cuando ella estaba con el dolor de la muerte de su hermano. Cabe reflexionar: ¿Cuál es nuestra actitud en el sufrimiento? ¿Acudimos a Jesús? ¿Le creemos? ¿Tenemos la esperanza que tuvo Marta?
Analizando un poco más, vemos que es maravillosa la respuesta de Marta: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo"; ella no dijo “sí, Señor creo que tú eres la Resurrección y la Vida”, ella dijo que le creía, que sabía que no mentía, lo reconocía Hijo de Dios, no refutó ninguna de sus palabras, aun cuando no se había comprobado lo que el Señor le decía; nosotros en cambio, tenemos pruebas de las palabras Jesús, porque María Sma. nos precede y está en el cielo, porque hay muchísimos santos que ya gozan de la visión beatifica y que con su intercesión nos alcanzan innumerables favores y nos prueban que Viven, pero… ¿porque aún nos cuesta creer?
Porque no reconocemos a Jesús como el Mesías, porque aún no le creemos a Él, porque no nos hemos dejado tocar por sus palabras, y eso le pasa a muchos teólogos y exegetas, por eso, nuestras respuestas de fe deben brotar desde el encuentro con Jesús, de amarle y convencernos que es la plenitud de nuestra existencia, que no hay que buscar más, porque es EL, el que debía venir.
Virgen María, mediadora entre Dios y los hombres, has que sea más íntimo mi encuentro con Cristo. Amen.
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