Dice el Señor que el reino de los cielos se parece a un tesoro escondido, fantaseando un poco vemos en los cuentos de hadas, como las personas del común y los piratas se peleaban por encontrar el famoso tesoro escondido.
Lo mejor es verlos en el afán por conseguirlo, pasan por desiertos, y no les importa la sed que deban sufrir por ganar este tesoro, pierden todo, hasta su familia y no les importa con tal de ganar este gran tesoro.
Con una mentalidad similar, todo el que se dice ser cristiano debe buscar ganar el reino de los cielos, sin importar cuanto deba pasar, bueno o malo en esta tierra pasajera, que no importen los desiertos espirituales, y que esa sed de Dios y de su amor sea cada día mas fuerte, que para nosotros sea indispensable tener la familia de los bienaventurados del cielo, así tengamos que renunciar a nuestra familia acá en la tierra.
María es la guía por en camino de la verdad hacia la vida, que sea ella con su amor y con su dulzura la que nos lleve a el buen Jesús.
todo por la inmaculada nada sin ella.
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