17 agosto, 2011


Miércoles, 17 de agosto de 2011. Mt 20, 1-16a

Los primeros jornaleros que fueron contratados acordaron con el amo el salario, acordaron un denario la jornada, los demás que fueron contratados a media mañana, al medio día, a media tarde y al caer la tarde, no acordaron el pago, simplemente confiaron que aquel amo les pagaría lo justo. Entonces la primera enseñanza es no acordar salario, es dejar que Dios nos sorprenda, porque cuando se espera algo, más fácil se piensa en los méritos, mas fácil se hace comparaciones y poco se es grato, poco se ve la benevolencia de Dios que gratuitamente nos ha llamado a trabajar en la viña.

Había unos que estaban en la plaza sin trabajo, que estaban parados, que estaban sin quien les contratara, ese fue el criterio por el cual el Señor los escogió, no era ni como los procesos de selección de personal que tenemos hoy, no eran porque tenían un perfil extraordinario, no era porque pasaron todas las entrevistas y pruebas psicológicas, No! Fueron escogidos porque no tenían trabajo, porque había muchas vacantes que Dios en su infinito amor quería llegar con nosotros, porque nacimos para trabajar en su viña.

Virgen Santísima, por ti, dispensadora de todas las gracias, recibo de Dios su llamado, todos los dones, todas las gracias, todos los denarios, por eso te imploro que con tu presencia maternal pueda corresponderle con fidelidad, generosidad y gratitud.

No hay comentarios:

Search