Domingo, 21 de agosto de 2011. Mt 16, 13-20
Jesús pregunta a los discípulos sobre lo que dice la gente, es decir, no va directamente a interrogar a la gente sobre lo que piensan de él, sino a los discípulos, pues ellos son los que lo conocen mejor, pero también son a los que les llega todo tipo de comentarios, porque hay mucha gente que habla de Jesús pero no es capaz de hablarle directamente a Él. Ahora bien muchos son los comentarios, pero ¿cuál es la concepción de cada uno de sus discípulos? ¿Qué decimos de Él?
¿Cómo formar el mejor criterio, o mejor dicho, el verdadero criterio de Cristo? Con María, pues con Ella podemos tener a profundidad un verdadero encuentro profundo y personal, Ella nos ayuda a purificarnos de los comentarios erróneos, de los comentarios malintencionados y distorsionados del Señor, Ella nos preserva de la herejía y nos ayuda a confirmar en la fe junto con el Papa y el Magisterio.
El Magisterio, la obediencia al Papa y la verdadera devoción a María, lleva a un profundo encuentro con Jesús que lo único que hace en el alma, es transformarla, para que digamos de Cristo lo que Él es realmente, para que lo anunciemos con total convicción, para que dejemos que el edifique sobre nosotros.
Madre Santísima, has que sea más íntimo nuestro encuentro con Cristo.
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