Sábado, 13 de agosto de 2011. Mt 19, 13-15.
Los niños se acercaban a Jesús para pedirle que les impusiera sus manos, para pedirle que orara por ellos, ¡qué lindo! ¡Cuán sencillo! Sin los conocimientos de los maestros de la ley, sin los estudios teológicos, pero con la humildad y sencillez de María, estos niños tomaron la iniciativa de ir a los brazos, a los pies de nuestro amado Jesús.
Los niños confían en quien los ama, si confiamos en Jesús es porque nos reconocemos amados por Él, y así acudimos a Dios mismo quien ora en nosotros, es quien nos toca con sus suaves manos imponiéndolas sobre nuestra cabeza, para que su sabiduría del Amor descienda sobre nosotros, Él sabe quién se pone en oposición a nuestro amor, por eso es Él mismo quien lucha y quita los obstáculos. Solo basta confiar y amar como María.
Madre Santísima, mujer de la sincera búsqueda e intimidad con Dios, has que nuestro encuentro con Jesús, sea transformador y profundamente unido a través de tu corazón.
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