Lunes, 26 de septiembre de 2011. Lc 9, 46-50
“cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado”
Ser niños implica dejarnos coger de la mano de Jesús, es estar a su lado y nunca perder la capacidad de sorprenderse con el Amor, eso es acogerle y recibir al Padre, es estar prontos a su llamado, aun cuando no entendemos y cuando nuestro pensamiento es poco desarrollado.
El niño imita, quiere ser como quien admira, ahora bien ¿admiramos a María? ¿La imitamos? ¿Admiramos a Cristo? ¿Lo imitamos? Juan quiso comportarse como el niño celoso, pero también como quien le pregunta todo a su papá, y por eso le permitió al Señor que lo corrigiera, que le enseñara.
Mamá soy una niña terca, egoísta, aun me falta la sencillez y espontaneidad con mi Jesús, por eso edúcame, cógeme de tu mano y llévame al lugar Santo, moldéame, purifícame en el crisol del amor y del sufrimiento. Amén
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