Viernes, 23 de septiembre de 2011. Lc 9, 18-22
Nuestro Jesús estaba en oración y es en oración que le pregunta a sus discípulos la opinión de la gente y la opinión de ellos, sobre su divina persona.
¿Qué hacemos tú y yo en la oración? ¿Le preguntamos a Jesús que piensa de nosotros? ¿Nos desahogamos con él contándole nuestras experiencias sociales? ¿Le pedimos la gracia para aceptar la cruz? ¿Le preguntamos qué quiere de nosotros? Todo lo anterior nuestro Señor lo hacía, totalmente unido y abandonado en el Padre Celestial.
Jesús en la oración nos cuenta y prepara, por eso hace su magnífica revelación de la pasión y resurrección que posteriormente los apóstoles les serviría para fortalecer su fe.
Mi Señor, que cada instante de oración contigo y con la Inmaculada sea una preparación de amor para asumir mi fe, mi cruz y mi vocación unida a ti, para rectificar mi intención y hacer todo de cara a ti, con total confianza y abandono en nuestra Señora. Amén.
Santo Padre Pio, ruega por nosotros.
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