Sábado, 10 de septiembre de 2011. Lc 6, 43-49
¿Cómo saber lo que hay en el corazón? ¿Cómo saber si hay verdadera virtud?
Nuestro Señor nos da hermosamente la respuesta, quizás no habría nada que decir, Él es demasiado claro, nos enseña que en primer lugar, la virtud brota del interior, lo externo es manifestación de lo interno, pero para que en realidad sea coherencia, debe ser constante en el tiempo y en las diversas circunstancias la intención de bondad; se podría decir diversas cosas pero las obras confirman o niegan lo que los labios afirman.
La casa solida es la de aquel que se acerca a Jesús, que es familiar con Él, porque en la profundidad del corazón es transformado, de la intimidad brota el amor exterior. María, cuando llegó la tormenta del sufrimiento permaneció de pie en la cruz, porque su cimiento era el amor, la fe y la caridad y esto nadie se lo podía quitar.
Mamita, eres demasiado fuerte, tu fortaleza es la cercanía a Jesús, la seguridad de tenerle, has que sea más íntimo nuestro encuentro con Cristo. Amén.
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