Evangelio según San Lucas 6,1-5.
Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.
Algunos fariseos les dijeron: "¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?".
Jesús les respondió: "¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?".
Después les dijo: "El hijo del hombre es dueño del sábado".
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La pobreza apostólica.
¿Por qué los discípulos estaban haciendo aquello? porque no tenían nada qué comer. No era un simple capricho de ellos el tomar las espigas y frotarlas para sacar los granos de trigo y comerlas. No era un capricho de los discípulos que se sentaran a comer trigo comos si estuvieran comiendo pistachos en una mesa y conversando como si nada. Por la necesidad tenían que comer trigo (una necesidad espiritual, porque ese trigo es figura de la Eucaristía y ese campo es figura de María).
María es como aquel campo de trigo. Alimenta a todo el que está con Jesús y reconforta con su color y con su belleza, no solo la vista sino también, el alma. Es el campo donde se puede "ver lo que no se ve", es decir, el viento. ¿Cómo se puede ver el viento? se puede ver por sus efectos, osea, por el movimiento que produce en las cosas. En el campo de trigo se ve cómo el viento sacude todas las espigas y cómo se menean todas a la vez según las corrientes de aire. Así pues, la Inmaculada es el campo de trigo más hermoso y más productivo de todos y siempre está meneándose según el movimiento del Espíritu Santo, porque donde está María está su Esposo. María es aquel campo que nos permite ver al Espíritu Divino.
María es ese campo de trigo, porque el Pan de vida está hecho trigo (Así como Jesús está hecho de María). La Eucaristía nace del trigo, es decir, del campo, es decir, de María. Por eso, un auténtico discípulo de Cristo tiene que arrancar esas espigas de trigo y comerlas.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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