09 febrero, 2011

Miércoles, 09 de febrero de 2011. Mc 7, 14-23

“Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo: ¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis?”

¿Cómo le pedirían los discípulos a Jesús que les explicara la parábola para que Él les responde tan fuerte?

La Virgen María preguntó al ángel como sería la concepción del Mesías, pues no conocía varón y san Gabriel responde amablemente, así mismo hay otras ocasiones en las cuales el Señor les explica amablemente a los apóstoles las parábolas, pero porque aquí es tan duro?

Hay que recordar que el Señor empieza diciendo: “escuchad y entended” por eso lo que nos hace impuros es una falla en la escucha de Dios y en el entendimiento, y en consecuencia salen del corazón malos deseos.

Señor purifica mi intención, la intención al acudir a Ti, al refugiarme en María, no quiero ser hipócrita, no quiero dejarte con tus divinas palabras en la boca, no quiero estar dispersa y evadir tu Voluntad. María Mujer de la Escucha, enséñame a callar para escuchar a Dios y dejar que sus deseos permanezcan en mí y así cumplir su divino Querer.

Beda, in Marcum, 2, 29. Es mal oyente quien quiere entender lo oscuro como claro, y viceversa.

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