04 junio, 2012

Ceguera que aparta de Dios

Muchas veces nuestro corazón se torna tan duro y ambicioso que no permitimos acercamientos  de Dios en nuestra vida y somos tan... que osamos pedirle su presencia y su gracia día a día, pero la ceguera de nuestra maldad no nos deja verlo en los demás porque tenemos una imagen diferente de Dios, es más, una imagen a nuestra imagen, creemos y queremos que Dios sea a nuestro gusto, que Él haga lo que queremos y no lo que su divina voluntad quiere, es así como nos atrevemos a despreciar a sus otros hijos, los más pequeños, los que en verdad lo reflejan; los que mantienen su imagen viva en sus vidas. 

He pensado que el hombre en su afán de sobresalir maneja su vida por las calles a toda prisa sin fijarse en los más pequeños detalles, esos amorosos regalos y ternuras que nos hace a través de los que nos rodean, no nos detenemos a pensar que no es aquello que buscamos lo que nos hace feliz - riquezas del mundo - sino las riquezas de una vida eterna en Él...

El Evangelio de hoy nos ilustra el afán de riqueza que hay en nuestro corazón, que es trono del tener y el cual no puede aceptar a Dios porque ya no hay lugar para Él allí. No aceptamos los pequeños como sus enviados a preparar nuestras almas al más dulce encuentro, despreciándolos y acabándolos...cerramos el corazón y cuando llega su dueño no lo podemos reconocer porque quienes venían a prepararnos los echamos y quedamos sin lugar para Él.  

 Señor danos la gracia de quitar la venda de nuestros ojos para ver tu obra y grandeza 

"Sólo venciéndote VENCERÁS"


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