24 julio, 2012

Algo que pensé ayer...

Evangelio según San Mateo 12,46-50.
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él.
Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte".
Jesús le respondió: "¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?".
Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Estos son mi madre y mis hermanos.
Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".
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Algo que pensé ayer...
Ayer estaba pensando en que toda la fuerza de la evangelización de nuestra Iglesia en América Latina se le está haciendo al lema de Aparecida: Ser discípulos y misioneros... Creo que es un lema y una aspiración muy noble y buena, sin embargo, ¿es ese el fin del cristianismo? ¿Para eso seguimos a Jesús, para ser sus discípulos?
Pues la verdad es que, con el respeto de todos, yo pienso que ese concepto se queda a medio camino, porque se me viene a la cabeza aquellos "discípulos" que después de que Jesús hablara de la Eucaristía en Juan 6, 50 ss lo abandonaron... También se me ocurre pensar que Judas Iscariote era discípulo y misionero, es más, era Apóstol... terminó muy mal... ¿Entonces?
Bien podríamos decir: "Pero ellos no eran verdaderos discípulos y misioneros" y eso creo que es un buen argumento, sin embargo quiero volver a plantear la cuestión: ¿El fin de todos nosotros es ser discípulos y misioneros?
Yo creo que antes que buscar serlo debemos buscar amar a Jesús. Antes de ser discípulos y misioneros debemos ser consumidos por el fuego ardiente y abrasador del Corazón de Cristo. Antes de cualquier cosa debemos ser unos auténticos enamorados... porque si no, nos convertiremos en proselitistas antes que cristianos.
¿Y a qué voy con todo esto? a que el evangelio de hoy nos habla de los hermanos y de la Madre de Jesús... y el Señor responde que su madre y hermanos son los que hacen la voluntad del Padre... y ¿quienes hicieron la voluntad del Padre? ¿quienes siguieron al pie de la cruz? ¿quizá fueron su Madre y sus hermanos o los que estaban escuchando la predicación ese día?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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