16 julio, 2012

uN llamado que ponen en conflicto las Familias

La sentencia que Jesús hace hoy podría tomarse como una voz fuerte que retumba y hasta crea extrañez viniendo de un Dios que es AMOR y que busca en nosotros la salud, la paz. Pero cuando Él nos habla de guerra no habla expresamente de fusiles y bombas, no tan allá, habla de una guerra más interior, de un saber escoger el camino indicado... es así como dice que padres e hijos entrarán en conflicto, a esto le tengo el caso perfecto: he podido apreciar casos en los que uno de los hijos de la casa teniendo una expreriencia de conversión decide entregarse al Señor y trata de servirle en reparación de todo el tiempo alejado de Dios, pero siendo el único en su casa y viéndose con un gran compromiso por la salvación de muchas almas, que como él, pueden estar por el camino menos indicado, entonces empiezan los ataques, el enemigo aceha y busca la manera de que este apostolado perezca prontamanete y en vista que no acaba simplemente empiezan las fuertes rencillas y reclamos de la familia. 

Así como este caso, se ven montones, son casos reales que se ven día a día en gente que decide entregarse a Dios, trabajar por su obra y sin apoyo de la familia terminan siendo los malos, los que han abandonado el hogar, los que han dejado todo tirado, pero no es el caso tener que dejar la familia, ps no hablaríamos de Dios en su totalidad si decimos que por Él  la hemos abandonado, es trabjar por el Reino de Dios y a la vez compartir con ellos, es destinar las cosas, darles fuerte importancia pero saber distribuir el tiempo para que tanto las almas como la familia pedan estar a gusto, aunque si Dios ha llamado a un vocación específica por su Reino, es necesario luchar para conseguirlo así la familia no esté a favor. Dios, quién lo creyera, ha sido motivo en muchas familias de dispersión porque seguir a Dios no es fácil, no todos aceptan que Dios nos ha llamado y que es tan dulce su voz que es imposible decirle no, es imposible no querer trabajar por su Reino con tanto amor recibido.

La guerra se ha dado, se da y se seguirá dando en las familias donde Cristo no sea el centro, donde Dios no sea el más importante. Es d esta forma como vemos la necesidad de familias renovadas, hogares en Dios que le amen y le sigan sin peros, hogares que dejen todo por ÉL que quieran unidos tomar la cruz y servirle para encontrar esa vida eterna que Él nos quiere gratuitamente regalar.

SOLO VENCIÉNDTE, VENCERÁS!  

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