21 octubre, 2011

Revestidos de María, para vivir como Cristo


Viernes, 21 de octubre de 2011. Lc 12, 54-59

En la mañana acostumbro mirar cómo está el día, porque me afecta si hace calor o frio, incluso es importante para elegir la ropa que me pondré, saber el clima me prepara para asumir lo que implica, ahora el Señor es fuerte con los fariseos y conmigo, me pregunta si interpreto también el tiempo presente… y yo quedo sin respuesta.

Ahora me acuerdo porqué san Francisco de Sales solía evaluar el día, oraba y planeaba cómo iba a asumir algunas circunstancias que se le iban a presentar, preparaba su alma para la tempestad y para el calor. ¿Cómo preparamos nuestra alma para el invierno y el verano?

Si comprendiéramos cuán importante es el combate espiritual, amaría más a María, porque solo al ver mi fragilidad, debería recurrir a ella, como una niña que escucha truenos porque viene la tormenta y corre donde su mamá. 

Oh María Santísima, oh madre mía, auxilias a la Iglesia en las tormentas y batallas, ¿acaso no auxiliarías a mi propia alma? Claro que sí, por eso con confianza vengo a tus pies para que me revistas del traje de tus virtudes y así poder afrontar las inclemencias del clima y también lo ordinario de la vida. Totus Tuus!

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