13 octubre, 2011

Santidad = Entrar en humildad hacia el Amor

Jueves, 13 de octubre de 2011. Lc 11, 47-54

¿Tiene algo que ver la muerte de los profetas con la llave del saber que tienen los maestros de la ley que no han sabido valorar? El comprender la historia, conocer los santos, conocer la doctrina es una llave enorme para creer en Dios, incluso el solo tener la cercanía a la Virgen María, que es tener la llave del corazón de Dios, ya es una enorme razón para dejarnos amar y amar, para profundizar en nuestro encuentro personal con el Señor, sin embargo puede que tengamos todos los medios pero que no les demos el uso adecuado, puede que no hayamos valorado la presencia de la Inmaculada, puede que no le tengamos una verdadera devoción.

Es incomodo evaluar todo lo que nos ha dado Dios en comparación con nuestra corta respuesta; “a quien más se le da, mas se le exige”, pero el Señor no quiere acusarnos, simplemente busca que nos rindamos ante Él, el no mide las obras por la cantidad sino por el Amor, el mira nuestro intento al amar, pero también el esfuerzo en dejarnos amar y sorprender por Él; no tiene en cuenta que proclamemos abiertamente nuestra devoción a María, sino el amor y deseo de vivir una verdadera y sincera devoción a Ella, el deseo de ser buenos hijos, el esfuerzo por entrar en su corazón inmaculado y permitir que los otros entren.

¡Qué diferente es tu mirar Jesús! Ante la verdad de nuestra miseria podemos tomar la actitud de los santos que se rendían ante ti, que humildemente reconocían su debilidad, o podemos actuar como los fariseos y escribas, que se resistían, que se justificaban, que hacían ruido para no escucharte, que luchaban contigo que eres invencible, que en su prepotencia querían hacerte caer y equivocar, aunque eres perfecto e inequivocable. ¡Tontos nosotros si ante nuestra realidad, aun hablamos, alardeamos y no callamos ante ti! La mejor actitud ante la Sabiduría Eterna, es el silencio, es la rendición de amor, es la humildad. Mamá que tu humildad profunda sustituya mi orgullo! Entrar por María, llave del amor, es ser humildes.

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