Dice San Beda: «Se ve la debilidad de los Apóstoles en que estaban reunidos y con las puertas cerradas por temor a los judíos, que habían sido antes el motivo de su dispersión. "Vino Jesús y se presentó en medio de ellos". El se les aparece a la caída de la tarde, porque éste era el momento en que naturalmente debían tener más temor.».
¿Cuál es el momento de más temor en mi vida? ¿verme solo, perseguido, fracasado, despreciado, sin Dios?
No tengo por qué preocuparme, allí está Jesús. Y en ese preciso momento en que pienso que todo está acabado llega él a traerme la paz. A veces tarda un poco, a veces se apresura un poco. En ocasiones Jesús ha llegado en medio de una plaza con gente a decirme «aquí estoy» y en otras ocasiones llega en medio de la habitación cerrada con llave. ¿Por qué? Porque él conoce bien mi corazón y sabe cuándo debe presentarse a traerme la paz.
Gracias Señor por estar ahí con tu Madre, recordándome todos los días que no estoy solo. Ayúdame a caminar siempre por este mundo pensando en la eternidad.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
Gabriel López
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