Jesús habla a los discípulos, pues sólo los discípulos podrán discernir en los momentos de prueba, porque conocen, vislumbran el misterio de Dios, han escuchado su voz, todo el tiempo están a los pies del Maestro, tanto que fácilmente acceden y recuerdan las palabras de Cristo, tanto que logran no tambalear.
Oh Jesús, que fácil olvido tus palabras, seguramente lo olvido porque no pongo suficiente atención, disposición, porque pierdo la novedad, con razón en las tentaciones caigo, soy muy dispersa… María que tu contemplación contenga mi alocada fantasía para que escuchando, viendo, compartiendo con Dios, lo conozca y no lo cambie por nada ni nadie. Amén.
Jessica Restrepo S.
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