Desde ya el Señor prepara a sus discípulos para la ascensión, pues ante la noticia que daba se les llenaba de tristeza el corazón, ¡me encanta! porque en primer lugar Jesús les dice la verdad, aún cuando no comprendieran y les doliera, pero comprendiendo nuestra humanidad da las razones por las cuales debe ir al Padre, ¡es muy convincente! ¿Quien no quisiera que llegara el Espíritu Santo? La santísima Trinidad en todo momento se desborda de amor por la humanidad, pues nos revela con claridad el pecado, el proyecto de Vida Cristiana, la misericordia Divina alcanzada por los meritos de Cristo, El Triunfo sobre el mundo, el demonio y la carne.
Cuando nosotros anunciamos a Jesús no somos tan convincentes como cuando Él nos anuncia la venida del Espíritu Santo, no nos esforzamos, desde nuestra oración y preparación, lo suficiente ¿Qué nos falta? Ya tenemos el Paráclito, solo falta nuestro sí, falta vivir en unión con María para que el Poderoso haga obras grandes y así su nombre sea enaltecido por los siglos de los siglos.
Totus tuus ego sum et omnia mea Tua sunt
Jessica Restrepo
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