30 noviembre, 2010

Martes, 30 de noviembre de 2010. Mt 4, 18-22

Jesús llama a dos hermanos y luego llama a otros dos, les buscó y llegó hasta el contexto en el que estaban, a su trabajo y los conquistó con su misma profesión, con lo que amaban, aun a costa de dejar sus mismas redes por escoger las redes de Cristo.

Señor conoces nuestros corazones, conoces nuestros deseos, nuestros anhelos, y sabes la forma como debemos manifestar tu amor, hemos adquirido hábitos y nos hemos acostumbrado a echar las redes de cierta manera, pero tu nos convocas a acoger tu designio, a acoger los medios que tu nos das, el medio que nos das: María, el mejor camino para ir a ti.

Madre santísima guíame, ayúdame a emprender una mejor manera de trasmitir el amor de Dios, ayúdame a emprender un proyecto de vida en el que reine Jesús y en el que pueda amar mas perfectamente. Totus Tuus.

El Llamado


El Señor caminaba por el mar de Galilea y vio a dos hermanos y los llamó a su servicio, “Síganme” aunque el Señor sabia que estos hombre eran poco instruidos, pues eran pescadores, no le importó sino que por el contrario llama a otros dos hombres que estaban arreglando las redes y acompañaban a su padre, Jesús los llama a que dejen lo que hacen en ese momento, que ellos dejen sus labores y se vengan a su servicio.

La Virgen María fue la primera escogida al servicio del Señor, ella con su “fiat” había entregado todo a Dios para que el verbo se hiciera carne y habitará entre nosotros.

Por otro lado los llama y les dice la labor que desempeñarán “Pescadores de Hombres” sin embargo lo primero que iba a hacer Jesús era instruirlos en la oración, en la entrega y en su propio testimonio, el mismo Dios enseñándoles cómo iban a pescar hombres.

Es interesante que luego de aproximadamente 3 años de enseñanza todavía no estaba todo listo pues faltaba lo más importante, Jesús les dice debo irme para que el paracleto venga. El Espíritu Santo es el autor de la memoria espiritual que hace recordar el mensaje de Jesús en el corazón de los que lo proclaman.

Espíritu Santo te pido por intermedio de la Virgencita que vengas sobre nosotros, sobre nuestra memoria y hagas recordar y enseñes a Jesús para proclamarlo vivamente y con ardor en el corazón. Virgencita enséñanos a pedirle al Espíritu Santo para que venga y nos ayude

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

Martes 30 de noviembre 2010.

Evangelio según San Mateo 4,18-22.
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

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Jesús llama a dos pares de hermanos, Andrés y Pedro, Juan y Santiago. Todos eran pescadores, los primeros fueron llamados tirando las redes para pescar, los segundos fueron llamados arreglando las redes de pesca. Todos dejaron sus barcas y su labor para seguir a Jesús.

Unos han sido llamados para pescar hombres, otros han sido llamados para arreglar las redes de pesca desgastadas por el tiempo y por la labor. Los unos deben estar en la “infantería”, en la zona de batalla directa contra el enemigo, arrebatándole almas al mundo, al demonio y a la carne, los otros están llamados a permanecer en la retaguardia, lanzando flechas ardientes para debilitar a los infantes enemigos. Todos son igualmente importantes; si alguno falta o falla, el otro se verá afectado y todos perderán la batalla.

Y nosotros ¿en qué frente estamos? no importa en dónde, sino cómo lo estamos haciendo. No importa si nos llamaron a estar pescando o reparando las redes, lo que importa es que hagamos bien hecho lo que nos fue encomendado. María no estuvo al comienzo en la infantería, pero su labor como reparadora de las redes fue esencial. María debía, con sus oraciones, interceder constantemente por los que estaban pescando. María fue el soporte de los que tenían que enfrentarse directamente contra el mundo.

Hoy, La Inmaculada, sigue orando y militando por el Reino de Dios. Ahora ha convocado a miles de soldados para que se enfrenten al mal y salven muchas almas. María, nuestra capitana está a la espera de la respuesta de cada uno de nosotros para empuñar las armas y defender a Nuestro Señor.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

29 noviembre, 2010

Lunes, 29 de noviembre de 2010. Mt 8, 5-11

Al ver la fe del centurión, que no sólo cree en su poder sino que también le reconoce como Rey, como Señor, Jesús queda admirado y dice a quienes les rodeaban la fe que había visto en él. Hoy también nos pone como ejemplo los santos, nos pone a la Inmaculada, a san José y a todos los santos que han creído en Él, que confiaban infinitamente en su amor, que en el contexto particular y modo de vida singular supieron corresponderle y aceptar el llamado universal a la santidad.

Mi Señor, quiero que al conocerte y conocerme, te acepte humildemente, no por mis méritos sino por tu infinita misericordia, pues yo tampoco soy digna de que me mires, de que me escojas, de que me visites, de que María entre en mi casa, pero si es tu voluntad que así sea, si es tanto tu amor, quiero recibirte de la mejor manera posible, quiero someterme en la disciplina del amor, que me lleve a transformarme en ti, a inmolarme y a hacer lo que me pidas, no quiero negarte nada, porque tu que me has amado primero, no me has negado nada.

Santísima Virgen, camino fácil, corto, perfecto y seguro, has que nazca con Jesús y que llegue a la meta, a la cruz y a la resurrección final. Totus tuus.

¡Fe sin humildad no es fe!

Lunes 29 de noviembre de 2010.

Evangelio según San Mateo 8,5-11.
Al entrar en Cafarnaún, se le acercó un centurión, rogándole":
"Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente".
Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo".
Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: 'Ve', él va, y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: 'Tienes que hacer esto', él lo hace".
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: "Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe.
Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos.

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El centurión, al hacer la comparación, reconoce a Jesús como el Rey y Señor de toda la creación, ¿por qué? Porque sabía que la enfermedad de su criado iba a obedecer la voz de Jesús: «Señor no soy digno de que entres en mi casa; bastara que digas una palabra y mi sirviente se sanará».

¿Quién de nosotros tiene la fe de aquel hombre? En el evangelio nos encontramos con grandes manifestaciones de fe por parte de diferentes personajes, pero ninguna como el sí de María. Aquellos que tienen fe en el Señor nunca quedan decepcionados, antes bien, son recompensados con abundantes bendiciones. En el evangelio no existe un solo caso en el cual alguien haya recurrido al Señor y haya quedado decepcionado. Solamente los que lo buscaron con mala intención y querían burlarse de Él (como Herodes) se encontraron con un Jesús diferente.

María, enséñame a tener fe, y una fe viva. Ayúdame a creer en el Señor y a darle a él mi consentimiento. Sin la ayuda del Divino Espíritu no puedo responder al Señor y tú eres la medianera de todas las gracias. Alcánzame la gracia de tener fe.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

La Fe Admirable


“No he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe” El Señor ve la fe de este soldado (centurión) que aunque no es Israelita confía plenamente en Él. Esto se convierte a la vez en una fuerte exhortación para los mismos Israelitas que no tenían tanta fe, que incluso siendo
Él, el mismo Dios no quisieron recibir su mensajes, sus palabras. Es increíble la fe tan grande del soldado, es un ejemplo para nosotros, pues muchas veces decimos creer en Dios pero no le creemos a Él. Creemos que es un Dios lejano cuando Él se encuentra a nuestro lado y nos invita a recibir su amor.

El Señor quedó admirado dice la palabra de Dios, que bendita fe que incluso permite la admiración del mismo Dios, que bendita fe que arranca de Dios las gracias necesarias y especiales que nos permiten acercarnos más a Él.

Señor yo no soy digno de que entres en mi casa pero una sola palabra basta y se sanará, esta es la fe que el Señor nos pide en nuestros corazones pues implica renunciar a nuestra desconfianza y depositarnos en Él completamente.

Oh virgen inmaculada tu que tienes una fe viva enséñanos a amar completamente, enséñanos a entregarnos con confianza y fe al Señor, tú madre querida permite que nuestro corazón se llene de ti.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

28 noviembre, 2010

Preparación en la Oración


“Estad preparados porque el hijo del hombre vendrá en cualquier momento” El Señor enseña y compara su venida con el signo de Noé, pues así como la gente simplemente no creía y se mofaban de Noé de esta misma forma se burlaran de los discípulos y misioneros de Jesús.

“La gente comía, bebía y se casaban” En los tiempos actuales no sucede muy diferente que digamos, pues la gente pretende poner unos dioses encima de él y ponerlos por encima de tal forma que tapan a Dios, estos dioses son el poder, tener y placer buscados desordenadamente.

Por esta razón el Señor pide preparación, y la preparación consiste en estar listo como para presentarnos en la presencia de su Bondad infinita, el vendrá a la hora menos pensada y la pregunta que me podría hacer en el corazón es: ¿Cómo está mi alma de cara a Dios? El Señor compara su llegada desprevenida con la de un ladrón que llega a la hora sin que nadie se de cuanta.
La respuesta a esto siempre está en la oración, en acercarse a Jesús directamente para recibir de él las más grandes bendiciones y gracias espirituales

Oh Santísima virgen María enséñanos a conocer la voluntad de Dios, enséñanos a buscar la limpieza de nuestra alma y estar preparados para el encuentro personal con Dios.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

Domingo 28 de noviembre de 2010.

Mt 24, 37-41

37 La venida del Hijo del Hombre recordará los tiempos de Noé. 38 Unos pocos días antes del diluvio, la gente seguía comiendo y bebiendo, y se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca. 39 No se dieron cuenta de nada hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos. Lo mismo sucederá con la venida del Hijo del Hombre: 40 de dos hombres que estén juntos en el campo, uno será tomado, y el otro no; 41 de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será tomada, y la otra no.

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«Velad y orad para no caer en tentación» Siempre debemos estar prestos a las inspiraciones del Espíritu Santo. Dios está siempre inspirándonos su voluntad por medio del Santo Espírtitu que habla al alma de una manera espacial, muchas veces, poco audible para nosotros. Es necesario estar atentos y tratar de discernir los movimientos internos para conocer la voluntad de Dios.

Para escuchar a Dios no es necesario hacer silencio externo, porque “Dios no habla pasito”. Sin embargo el silencio externo es útil para promover un silencio interno. Cuando el interior del hombre está sosegado, entonces se está más atento a la voz de Dios.

María siempre tuvo un gran silencio interior y escuchó atentamente las inspiraciones del Señor en su corazón. María siempre obró conforme a la voluntad de dios porque su alma escuchaba en su interior a Dios que le hablaba constantemente.

La señal de alarma ha sido dada a todos. Los signos de los tiempos están al nuestro alcance. El Espíritu Santo nos habla constantemente… estemos, pues, atentos para poder actuar conforme a la voluntad de Dios.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

27 noviembre, 2010

Sábado, 27 de noviembre de 2010. Lc 21, 34-36

“Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre"

Inicialmente el Señor nos motiva a no dejarnos llevar e inquietar por cosas pasajeras, por situaciones que nos distraen, por pensamientos que nos llevan a actitudes contrarias al evangelio: “no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida”

¿Qué hay en nuestros pensamientos? ¿En que nos distraemos en la cotidianidad? ¿Qué nos inquieta? Jesús sabe que nuestra imaginación es la “loca de la casa” como la llamaba santa Teresa, por eso nos hace la claridad, y nos invita en las ultimas líneas del evangelio a vigilar, a orar, por lo tanto, no nos podemos quedar ensimismados en estos pensamientos, sentimientos y hábitos, sino que debemos convertirlos en oración, debemos permitir a Dios y a la Virgen Sma. que entren a purificarlos, a fortalecerlos a unirlos a su divina voluntad.

No todo lo que nos preocupa o llega a cuestionarnos esta mal, por ejemplo es necesario preguntarse por el llamado que Dios nos hace, por la situación familiar, por el crecimiento en la vida de virtud, por la situación económica, por el crecimiento en la santidad y así es necesario examinarnos antes de decidir, pero Jesús nos deja claro que no debemos llegar a aturdirnos, a desesperarnos sino que debemos acudir a Él.

Madre te entrego mis pensamientos, sentimientos, afectos, decisiones y acciones, todo lo que soy para que hagas conmigo la voluntad de Dios, para que mi seguridad seas tu, te pido hoy las gracias que necesito para discernir el divino querer en mi vida, para crecer en la caridad, en la humildad, la pureza, la obediencia, la oración y la fidelidad. Amén.

Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, ruega por nosotros.

Sábado 27 de noviembre de 2010

Evangelio según San Lucas 21,34-36.
Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".

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María siempre vivió preparada para entregarse completamente al Señor. Desde los primeros años de su vida se dedicó al servicio de Dios y su corazón ardía de amor por aquel que la había creado. Cuando llegó el momento de la anunciación ya estaba preparada para dar su sí definitivo. Luego, en Caná, en la vida pública de Jesús, en el Calvario y en los años siguientes a la muerte de Jesús siempre estuvo preparada para renovar aquel sí inicial. ¿Estamos preparados como María para decir sí en todo momento?

El mundo tiende a absorbernos. Las preocupaciones de la vida siempre nos alejan poco a poco de Dios si no estamos velando constantemente. ¿Cuántas personas no se han olvidado de Dios gracias a su trabajo? ¿cuántas veces no hemos dejado a un lado la oración por andar corriendo en las cosas de este mundo?

Las pasiones y los gustos también apagan nuestro corazón. Los excesos y los placeres desmedidos nos llevan poco a poco a buscar los gustos terrenales y a alejarnos de lo que nos cuesta y nos exige. Así, al cabo de un tiempo, preferimos dormir que orar, comer que comulgar, descansar que amar, etc.

Llegarán momentos de mucha dificultad en los cuales seremos probados en la caridad. Si no estamos prevenidos y preparados por medio de la oración y la caridad constante, entonces no quedaremos a salvo de lo que va a ocurrir.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

26 noviembre, 2010

Viernes, 26 de noviembre de 2010. Lc 21, 29-33

Antes de que pasen los cristianos se cumplirán las palabras de Jesús, antes de que se acabe el mundo se cumplirán sus palabras. Esto nos reconforta y nos llena de esperanza, pues nos garantiza que en todo tiempo habrá católicos, aun en la persecución, aun en la prueba, aun cuando parezca primar la apostasía y el ateísmo.

No pasan sus divinas palabras, no pasa su amor, no pasa su sacrificio en la cruz, no pasa su nacimiento, sigue vigente, vivo y real, no deja de mirarnos con su misericordia, no deja de decirnos: “quien este cansado y agobiado que venga a mi”, “sin mí nada podéis hacer”, “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.

Amado Jesús, permítenos renovar diariamente nuestro encuentro personal contigo en la Eucaristía, poder descubrir tu amor en quienes nos rodean, descubrir tu voluntad en los acontecimientos diarios, discernir los signos de los tiempos en unidad a María Sma. y a nuestra madre, la Iglesia.

Si buscamos tu Reino, todo lo demás viene por añadidura; por eso hoy quiero renovar mi sí incondicional, para que a través de la Inmaculada, tú vivas, ames, hables en mi, llegues a muchos, porque ésta sería mi mayor alegría y dignidad, porque así muchos creerían, porque así seria sierva inútil, haciendo lo que me corresponde hacer, cumpliendo el fin para el que me creaste, glorificandote desde ya para hacerlo eternamente.

El Signo de los Tiempos



“El cielo y tierra pasarán pero mis palabras no pasarán” con esta frase termina Jesús enseñando a los que lo acompañan como reconocer los signos de los tiempos, ¿Qué es “el signo del tiempo”? Es el diagnostico de la época en la cual nos encontramos, es la radiografía de nuestro tiempo, es la necesidad espiritual y particular del tiempo en el cual vivimos, es la clara observación a la realidad en la cual nos movemos. ¿y porque es importante esto? Porque nos da las señales particulares de nuestro tiempo para poder descifrar incluso la cura, pues si conocemos la enfermedad podemos tratar de buscar la cura.

El tiempo actual está sumido en la secularización y el “relajo espiritual” ahora no es tan importante ser coherente con la fe pues supuestamente no se puede ser “fanático.” El mundo está sumido en unos vicios claros y concretos como el placer desordenado, las ataduras de la soberbia en los corazones sumado a las cadenas del tener y poder puestos en un fin especifico. Los matrimonios están siendo destruidos, es decir el primer núcleo social está siendo atacado, la vida religiosa ridiculizada, y el fiel coherente atacado.

La cura es una vida de entrega y donación pues este es el amor verdadero, el amor verdadero tiene por característica la donación y entrega de vida y a esto estamos llamados todos para restaurar la vida Cristiana, el Señor está dispuesto a otorgar las gracias necesarias para que nazcan nuevos “Testigos de Cristo.” Se necesitan Matrimonios santos y con ardor misionero y apostólico, se necesitan sacerdotes Santos y con fuego en sus corazones, se necesitan religiosos y religiosas santos que se entreguen en su oración profunda por las almas, y laicos que consagren su vida al servicio de Dios en el mundo sin pertenecer a este.

Oh Santísima Virgen María enséñanos a entender el signo de los tiempos, madre forma en cada uno de nosotros según la vocación a la cual hemos sido llamados, una fuerte raíz de santidad, un deseo por llegar a Cristo que se traduzca en hechos.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

Viernes 26 de noviembre de 2010.

Evangelio según San Lucas 21,29-33.
Y Jesús les hizo esta comparación: "Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbojesus610[1] l.
Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.
Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.
Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

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Los signos de los tiempos siempre están a nuestro alcance. Cuando vemos que los árboles dan flor es porque están prontos a dar fruto. Cuando veamos que han sucedido todas las cosas que el Señor nos ha comentado en el Evangelio, es porque se acerca el Reino de Dios. ¿Pero si el Reino de Dios es una persona, Cristo, por qué tiene que pasar todo eso para que él venga? Porque Cristo vendrá nuevamente en la Parusía.

Señor, vienes de nuevo a golpear mi puerta, necesito estar preparado. Quisiera estar en vela toda la noche pero el calor del día y la fatiga del camino desgastan mis fuerzas y a veces pienso que no voy a poder resistir. Vienes a golpear la puerta de mi corazón y si abro entrarás y cenaremos juntos, pero tengo miedo de dormirme. ¿Qué puedo hacer, a quién recurriré?

Me queda María, con ella jamás podré dormirme. Con María seré infatigable. Con la consagración a mi Señora nunca desistiré en la batalla. Deseo estar preparado para abrirte la puerta, deseo amar a María con todo mi corazón. Deseo hacer tu voluntad.

Madre bendita, guarda mis pasos y caminos, guarda mi corazón y mi vida. Custódiame y protégeme.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

25 noviembre, 2010

LUNES 22 DE NOVIEMBRE

Mariana Stefanía Giraldo


LC 21 , 1 - 4
Jesús siempre ama las pequeñas cosas que se hacen con verdadero amor. Es por esto que acepta con mas agrado la ofrenda de esta viuda pobre ,  que aunque pequeña tenia mas valor que las grandes donaciones de los ricos .
Es por esto que elige a María como su madre, por que ella siempre lo glorifico desde su corazón, con su vida sumida en humildad y oración pero siempre en silencio se robo la mirada de Dios para escogerla, por que el es el único que conoce nuestros corazones e intensiones, y el conocía la pureza de la Santísima Virgen María.
Con estos pequeños sacrificios fueron con los que siempre alabo a Dios y logro captar la mirada de Jesús para que el recibiera una ofrenda verdadera.
A él lo que le interesa es el corazón y fue lo que María le ofreció, por esto mereció gracias tan infinitas gracias a su entrega verdadera.

Jueves, 25 de noviembre de 2010. Lc 21, 20-28

Jesús se dirige hacia sus discípulos y les anuncia guerra, hambre, destrucción y desesperación, pero también aclara que esto precede a la Liberación. Nuestro Señor es La Verdad y nos habla con claridad, aun lo que es difícil, pues la puerta es angosta, pero vale la pena, porque toda tribulación es transitoria y temporal, pero el Reino de Dios es eterno y perenne.

Igualmente, el Señor muestra todos estos signos a los discípulos, pues son los encargados de dirigir su redil, será quienes deben sostener en la fe y la esperanza, aun cuando prevalece la ansiedad, el miedo y la angustia, porque aparentemente no se ve solución.

Hoy mi adorado Jesús, muchos no creen y se desesperan, aun nosotros, a quienes has elegido, hemos dejado de confiar al ver nuestra debilidad e inconstancia, por ello acudimos a la Mujer fuerte y fiel, que ante la cruz se mantuvo firme, que sostuvo la iglesia naciente, que nos sostiene a nosotros; gracias mamá por tu si, por abrigarnos, por abrazarnos, porque en tus manos estamos seguros pues tu vives desde ya la gloria de nuestro Dios.

Totus Tuus María.

Ay Jerusalén


Ay Jerusalén que matas a los enviados de Dios, allí está tu destino y tu castigo porque vino Dios y no lo reconociste, porque vino el que te iba a liberar y no te diste cuenta y de modo particular fuiste arrasada.

El Señor es fuerte en la exhortación pero es la realidad, pues no porque Dios quiera destruir sino porque la soberbia del hombre es tal que rechaza a Dios y pone sus propios criterios y así Dios lo deja a sus errados criterios que lo llevan a la ruina.

Sin embargo por esta razón el mismo Señor siempre nos llama a que estemos preparados, preparados para el momento en que nos llame a su presencia, debemos estar en gracia de Dios pues esta es la única razón de felicidad individual y general en el hombre, cuando su responsabilidad individual va hasta la general.

Señor danos la gracia de entender tu palabra de profundizarla y de meditarla en nuestro corazón, de llevarla a nuestra vida y de amarte en ella profundamente, oh virgen inmaculada enséñame a llegar a Cristo.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

24 noviembre, 2010

Miércoles, 24 de noviembre de 2010. Lc 21, 12-19

Habrá que comparecer ante reyes, ante quienes tienen el poder, ahí hay que dar testimonio ¿pero si no nos persiguen? ¿Si no nos aborrecen como el Señor lo anuncia? Entonces hay una falla, porque cada palabra de las Escrituras se cumple a cabalidad ¿Cuál será la falla? Pues nosotros, nuestro miedo, como lo dijo el padre en la homilía de hoy: en América no es que no haya persecución, sino que no hemos predicado a Cristo como debería de ser, no hemos dicho las cosas como son, no hemos actuado con radicalidad.

El sentido no es conseguir ser detestados por las personas, sino mostrar lo mejor posible a Cristo, que sus conciencias griten, que la santidad cuestione, pero bastante que nos falta, pues no hemos confiado en que Dios nos dará palabras ni sabiduría para hacer frente ¿Por qué? Porque todavía no le creemos a Cristo, no nos hemos dejado amar, no le hemos permitido a Jesús hacer con nosotros su voluntad.

Madre Inmaculada, discípula misionera, tu que te uniste en el martirio perfecto de tu hijo, que permitiste a Dios hacer su voluntad, danos amor profundo por Jesús, que no temamos a quienes nos harán quedar en ridículo, a quienes nos insulten y persigan, a quienes nos confronten, pues no debemos avergonzarnos de Quien nunca se avergonzó de morir por nosotros. Mamá sabes cuanto me he dejado llevar por el respeto humano, dame tu humildad y sabiduría, para agradar eternamente a Dios. Gracias de antemano por tu poderosa intercesión.

lucas21,12-19

En este Evangelio la primera parte que dice "y esto sucederá para que puedan dar testimonio de mi" me impresiona porque antes de decir esto, habla de persecuciones y de muchos sufrimientos, para así poder dar testimonio.
Nuestra madre dio su testimonio, cuando el anciano Simeòn le profetizó que una espada atrabesarìa su corazón y sin embargo, no se rindió. Dio su testimonio al pie de la cruz donde viendo morir a su hijo, no se rindió y en muchos momentos de sufrimiento a pesar de su dolor, no se rindió.
Nuestra Madre nos enseña que en el dolor es cuando se muestra el verdadero testimonio,no es nada fácil, pero tenemos una Madre que en medio del dolor dio tetimonio y sigui adelante. MADRE DEL DOLOR ENSÈÑANOS A SUFRIR CON AMOR.

Evangelio según San Lucas 21,12-19.

Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre,
y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa,
porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán.
Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.
Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza.
Gracias a la constancia salvarán sus vidas.

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La cruz del cristiano siempre será su cruz. «Serán odiados por todos a causa de mi nombre» El nombre de Jesús causa llagas en los corazones duros. El nombre de Cristo causa repulsión en los corazones arrogantes y llenos de sí mismos. Al nombre de Jesús toda rodilla se dobla y eso causa una gran humillación para los soberbios.

¿Qué hacer? Primero que todo, saber que el destino de los cristianos es imitar a su maestro en las humillaciones. El destino de los que siguen a Cristo es configurarse con él en la cruz y en los padecimientos. El destino de los cristianos es ser crucificados por el mundo, pero no en un sacrificio inútil, sino en una entrega por amor. El cristiano transforma el sufrimiento en sacrificio y adquiere así un valor redentor.

María vivió a plenitud la cruz. María, la primera cristiana, imitó a su hijo en todo, lo acompañó en los dolores y lo imitó en el sacrificio. Si el Señor no preservó a su Madre de los dolores y sufrimientos, ¿qué nos espera a nosotros? Entre más queramos estar con el Señor, entre más queramos amarlo, más tendremos que imitarlo, como María, en el sacrificio.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

La Perseverancia Final


El Señor nos da una advertencia a nuestra realidad, es decir nos dice los riesgos eminentes de seguirlo a Él, y este riesgo implica incluso dar la vida por su amor. “Será, llevados a las sinagogas y a las cárceles” Serán perseguidos pues el mundo odia al Señor porque Él ha dado testimonio de su maldad y si el mundo odia al Señor odia también los que lo siguen realmente.

Es increíble que en la vida espiritual se encontrarán incluso ataques de parte de los más cercanos (Familia) y a los cuales la oración, testimonio de vida y entrega se convierten en una luz que encandelilla a los ojos de los que viven sumidos en el pecado.
Sin embargo el Señor nos dice algo muy alentador, nos da una esperanza de vida, nos dice que

“Con la perseverancia salvareis vuestras almas” nos pide perseverancia, nos pide que nos entreguemos a Él con un corazón abierto y listo a amarlo hasta el final incluso si ello implica morir.

Oh Santísima Virgen María ven a mi corazón para que me regales la perseverancia final, mamá tú sabes que debo y por donde debo caminar, tú si sabes mamá cuál debe ser mi esperanza hasta el final, tú si sabes cuál debe ser mi único fin, enséñame mamá.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

23 noviembre, 2010

Martes, 23 de noviembre de 2010. Lc 21, 5-11

¿Esta mal ponderar la calidad y belleza del templo? Seguramente no, ¿Por qué las palabras de Jesús? Creo que el Señor nos invita a que no nos quedemos en lo exterior, no nos quedemos mirando y hablando de las guerras, que no nos alarmemos por lo que escuchemos o las extravagancias de los hombres, sino que debemos conservar la calma, la cordura, el fin y objetivo de nuestra fe

Mi Jesús te quiero proclamar rey de mis sentimientos y afectos, de mis decisiones, para que lo exterior no me afecte de tal modo que me aparte de ti, sino que me mueva a actuar, a ejercer la caridad, a no perder la confianza en ti.

Santísima Virgen Inmaculada, madre de la esperanza, danos la gracia de esperar con alegría a Cristo, de amarle y creerle, deseando ardientemente que llegue su reino a toda la creación, que al ver la necesidad en el mundo, mi corazón arda de amor por las almas, que no descanse de anunciar el Verdadero Amor.

EL Templo de Dios


“Esto que contemplan llegará un tiempo que no quede piedra sobre piedra: todo será destruido” El Señor exhorta a los que lo escuchaban a entender que llegará un momento en que las hermosuras del templo y las piedras que en ese momento eran ponderadas llegaría el instante que no quedaría nada pues Jerusalén había visto al Mesías y no lo había reconocido. El mismo Dios había venido a recoger y arropar a Jerusalén como la gallina hace con sus polluelos pero no se dejó pues lo que hizo fue rechazar la venida de Cristo, y su entrega no fue reconocida en ese momento.

El Señor también habla de una realidad escatológica de los tiempos finales, cuando se deba reconocer los tiempos próximos a su venida, él de antemano nos enseña que nadie sabe el día ni la hora pero que así como se sabe cuando un fruto está maduro y va a caer del árbol así mismo se sabrá cuando esté maduro el fruto de su venida, es decir la segunda venida del Señor.

Oh Santísima Virgen María tú que siempre reconociste los signos de los tiempos y tu obediencia te llevó a entregarte del todo al servicio de Dios, enséñame a amar y entregarme por los demás. Santa virgen Madre guárdame como el niño de tus ojos y no me dejes solo.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

Martes 23 de noviembre de 2010.

Evangelio según San Lucas 21,5-11.
Y como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:
"De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido".
Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?".
Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: 'Soy yo', y también: 'El tiempo está cerca'. No los sigan.
Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin".
Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.

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La caída del Templo.

EL Templo de Jerusalén sería destruido hacia el año 70 d.C. a manos de los romanos. La grandeza del pueblo Judío, el orgullo del pueblo elegido, la soberbia de la nación consagrada por Dios se derrumbó completamente.

¿Este evangelio nos está hablando de la destrucción real del Templo de Jerusalén o nos está hablando del final de los tiempos? Creo que nos está hablando, no sólo de estos dos sucesos sino de otro más: la muerte de cada uno.

«Les aseguro que no quedará piedra sobre piedra», después de la vida, no quedará piedra sobre piedra de lo que fuimos alguna vez. Con la llegada de la Hermana Muerte, ninguna riqueza es capaz de evitarla, no hay fama posible que la pueda detener, no hay influencia política alguna que sea capaz de desviarla de nuestro camino. La hermana muerte llegará con todo su furor a cada hombre, pueblo y nación y devastará el orgullo y la prepotencia del hombre. La hermana muerte llegará y destruirá este Templo del Espíritu Santo y no dejará piedra sobre piedra. Todo esto llegará después de que muchos falsos profetas nos digan a cada uno que los sigamos, pero NO LOS PODEMOS SEGUIR. Habrá guerras (internas y externas) en las cuales cada uno se tendrá que levantar contra su hermano que no quiere que se acerque a Dios y que se salve.

Será necesario que muchas batallas internas se luchen con el fin de vencer nuestra inclinación desordenada. Habrá hambre, porque el ayuno es necesario para luchar estas batallas, habrá pestes, porque en ocasiones nos dejamos contaminar del pecado y habrá terremotos, en los cuales Nuestro Señor y María Santísima sacuden nuestra vida para que despertemos del letargo que nos aleja de la salvación.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

22 noviembre, 2010

Lunes, 22 de noviembre de 2010. Lc 21, 1-4

El Señor miró al rico por su característica de tener dinero, vio a la viuda por su pobreza, cada uno tenia algo en particular que Jesús valoró, que era lo que los motivaba a actuar, que era por lo que se destacaba. ¿Por qué nos reconoce Jesús? ¿Cómo nos ve?

¿Qué tenemos para dar a Dios? El se conforma con nuestra miseria y pobreza, eso es lo que nos pide, a nosotros, todo lo que somos, el ofrendarnos de corazón, dar lo que tenemos para vivir, porque Él será quien nos sostiene.

¿A quien iremos si solo Tu tienes palabras de vida eterna? Por eso, por medio de la Virgencita, nos damos a ti, nos consagramos a ti con disponibilidad plena y eterna, te damos lo que hemos recibido, porque si no es para ti, no vale la pena tener nada, porque se perderá, porque no vale eternamente.

Santa Cecilia, ruega por nosotros.

Lunes 22 de noviembre de 2010.

Evangelio según San Lucas 21,1-4.
Después, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo.
Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre,
y dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie.
Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir".

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No es lo mucho que se dé sino lo bien que se dé. Seguramente para aquella viuda del evangelio fue más difícil dar TODO lo que tenía que para aquellos hombres dar un poco de lo que les sobraba. Pero al fin de cuentas, ¿qué es más fácil? ¿ser rico y dar todo lo que se tiene o ser pobre y dar todo lo que se tiene?

El pobre está acostumbrado a la pobreza y fácilmente se puede desprender de lo que tiene, en cambio el rico está acostumbrado a la riqueza y no se desprenderá fácilmente de sus cosas. La pobreza nos hace libres incluso si somos ricos. En cambio la riqueza nos hace esclavos incluso si somos pobres. Esta es la diferencia entre el rico y el pobre (de corazón).

Jesús, José y María fueron pobres y por esa razón siempre fueron libres, aunque en algún momento de sus vidas fueron ricos al recibir las ofrendas de los Reyes Magos (la ofrenda de oro en el pesebre seguramente fue abundantísima), sin embargo aunque tuvieron grandes riquezas en sus manos nunca dejaron de ser pobres y supieron administrar adecuadamente esos bienes que recibieron teniendo caridad con los más necesitados.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

Sacrificio y Amor


“Ha dado más que nadie… en su indigencia dio todo lo que tenia para vivir” En evangelio de hoy el Señor nos enseña el verdadero valor de la ofrenda y la entrega a Dios, el verdadero valor de ofrecer a Dios todo lo que tenemos y es especial cuando Jesús admira este acto de caridad de esta viuda, ella ha dado más que todos pues en su ofrenda habían dos cosas; Sacrificio y Amor, a pesar de sus problemas económicos ella entregó incluso parte de lo que necesitaba para vivir, para alimentarse.

El amor se mide por el sacrificio y esfuerzo de amor que se le entrega a Dios, nuestros esfuerzos no se miden por la mirada de los hombres, nuestros actos no son mayores o menores según el mundo sino que se deben mirar con los ojos de Dios en Amor y sacrificio.
Nosotros muchas veces tenemos apegos que no nos dejan vivir coherentemente nuestra vocación a la santidad, no nos dejan vivir libres nuestros corazones. Allí es necesario muchas veces renunciar incluso a cosas buenas por cosas mejores, de esta manera nuestros actos siempre serán juzgados desde el amor.

Santísima Reina de los cielos enséñanos a entregar más de lo que necesitamos, a entregar incluso de lo que nos hace falta, enséñanos madre querida a renunciar afectivamente a muchas cosas que no son malas pero para buscar unas más perfectas

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

21 noviembre, 2010

Domingo, 21 de noviembre de 2010. Lc 23, 35-43

«El otro lo reprendió diciéndole: «Sufriendo la misma pena que él ¿no tienes temor de Dios? Nosotros la sufrimos justamente, porque recibimos el castigo merecido, pero él no ha hecho nada malo.»

La respuesta de este malhechor bueno descubre la contrición de su corazón, lo que le dijo a Jesús fue diferente de lo que le habían dichos los jefes judíos, los guardias y el otro ladrón, pues Dimas defendió al Señor, comprendió que merecía justicia por sus obras pero también suplicó misericordia, por eso mereció que todo un Dios le respondiera.

El Señor no se resiste a un corazón contrito y humillado, tanto, que a pesar de su dolor saco fuerzas para decir: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.» porque no deja de mirar con amor, de expresarnos que nos ama y que nos devuelve la dignidad, nos da la salvación.

Nuestra oración humilde conmueve a Dios que no espera para responder, para expresar su amor, para amarnos. Madre querida, mueve nuestro corazón para mirar al Crucificado, al amor de los amores, a nuestro salvador, a nuestro Rey, que verdaderamente sea el Señor de nuestros pensamientos, sentimientos, afectos, decisiones, en todas las áreas de nuestra vida. Amén

¡VIVA CRISTO REY Y LA VIRGENCITA DE GUADALUPE!

20 noviembre, 2010

Sábado, 20 de noviembre de 2010. Lc 20, 27-40

Los saduceos plantean nuevamente una mala interpretación de las Sagradas Escrituras, proponen una utopía, algo que difícilmente se realizara, sin embargo el Señor les responde extraordinariamente “los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán”.

¿Cómo seria nuestra actitud si comprendiéramos que la vida terrena es transitoria? ¿Si buscáramos alcanzar la vida eterna? ¿Si pensáramos en clave de eternidad? ¡Que diferente sería! Seguramente buscaríamos amar, y todo lo que tenemos lo consideraríamos como lo que es: un medio para ser santos!

Santísima Madre Inmaculada, eres la Virgen hermosa, fiel a Dios y a los Hombres, ayúdanos a disipar las tinieblas de nuestro espíritu, ayúdanos a preguntar a Jesús con sincero corazón, que todo lo que aprendamos, que todas las dudas que nos surjan tengan como finalidad en su respuesta, acercarnos al Amor, vivir dentro de Cristo Rey.

La Resurrección de los Muertos


El Señor nos habla del misterio de la resurrección de los muertos, pues fue puesto a prueba por los saduceos que niegan la resurrección de los muertos sin embargo los saduceos también eran judíos ricos y tenían fuerza política, sin embargo no es poco diferente a lo que nos encontramos en la actualidad cuando vemos tantos “Creyente” pero que se mofan de negar muchas realidades de fe y misterios doctrinales revelados por Dios.

El Señor es muy claro, Dios es un Dios de vivos y no de muertos por esto es un Dios de resucitados. “Quienes sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección” El Señor pone en claro el juicio, pone en claro que debemos pasar por un juicio donde seremos juzgados dignos o no de la vida eterna y esto conforme a nuestra vida terrena. Según el esfuerzo que nosotros pongamos en la lucha por el reino.

De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, los hombres mueren y “los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación.” Con la muerte termina nuestra vida en la tierra. ( Juan 5, 29, cf. Dn. 12,2)
Algo importante es que Jesús resucitó en su propio cuerpo, aunque era un cuerpo glorioso pues tuvo hambre y comió y además le dijo a Tomas que metiera sus manos en las llagas de las manos y costado y creyera.
“Todos resucitarán con su propio cuerpo, que tienen ahora” (Concilio de Letrán IV: DS 801), pero este cuerpo será “transfigurado en cuerpo de gloria” (Filipenses 3, 21).

El Señor nos llama a la vida eterna, el llamado de nosotros es a la trascendencia, ir más allá, en la realidad eterna. Oh santísima virgen María tú que has sido la madre del verbo encarnado enséñame a amar a mi prójimo, ayúdame a buscar la vida eterna.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

19 noviembre, 2010

La Casa de Oración


Mi casa es una casa de oración, es un lugar donde se encuentra con Dios y no donde se mercadean las cosas. Pero es en verdad triste que el templo físico actual (Iglesia- Parroquia) es poco respetado y se logran escuchar abusos sobre ello, incluso llegando a asesinar a personas dentro de ellos. El Señor nos enseña a entender que el templo es un lugar de oración y porque es lugar de oración debe ser respetado y cuidado.

Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo por tanto también es factible de oración con él, también podremos entregarnos en la oración a sus pies y darnos cuenta de la razón de su misericordia para con nosotros. Nuestro cuerpo que es una unidad con nuestra alma debe permitirnos encontrarnos más fácilmente con Dios y amarlo enteramente.

Oh virgen inmaculada enséñanos a amar, a entregarnos completamente por las almas a entender que en el lugar que estemos independientemente el que sea estamos llamados a la santidad, estamos llamados a amarte completamente y entregarnos a tu servicio.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

Viernes, 19 de noviembre de 2010. Lc 19, 45-48

Todos los días enseñaba en el templo”, no hay duda que el Señor había enseñado, había tenido la suficiente paciencia con los vendedores en el templo, les había explicado el sentido del templo, les había predicado, sin embargo por su obstinación fue que el Señor se puso a expulsarlos.

Los vendedores solo les preocupaba vender, por eso no pusieron suficiente atención a las palabras de Jesús, les impedía encontrarse verdaderamente con Dios en el templo… a ti y a mi ¿Qué nos inquieta? ¿Qué nos trunca la oración?

Ahí es donde hay que trabajar, pues es lo que nos nubla la razón, porque sino cambiamos, esto seria ocasión de que se desate la justicia de Dios.

Virgencita, ayúdanos a ser dóciles a Dios, a no poner obstáculos a la gracia, permítenos fortalecer nuestra voluntad sin desesperarnos, solo poniendo los ojos fijos en Dios. Te amo!

Viernes 19 de noviembre de 2010.

Evangelio según San Lucas 19,45-48.
Y al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores,
diciéndoles: "Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".
Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo.
Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.text63es[1]

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Los vendedores del Templo son aquellos que lo profanan. El Templo es para orar, no para hacer negocios. El Templo es para acercarse a Dios, no para conseguir dinero. El Templo es para dar gloria a Dios y convertirse, no para lucrarse.

Si nuestro cuerpo es el Templo del Espíritu Santo, esto quiere decir que debemos encontrarnos con Dios por medio de él porque «mi casa será casa de oración». Con nuestro cuerpo podemos orar, acercarnos a Dios, dar gloria a Dios y convertirnos.

María utilizó su cuerpo, Catedral del Espíritu Santo en la cual Cristo se hizo sacerdote, para orar constantemente. Cada acción, cada palabra, cada mirada, cada pensamiento, cada trabajo fue un momento de oración. María todo lo que hacía y todo lo que tocaba lo convertía en la más preciosa de las alabanzas a Dios. ¿Cuánta gloria daba María a Dios en cada respiro?

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

18 noviembre, 2010

La tierra pasará, pero sus palabras no pasarán


Jesús cuando vio la ciudad lloró al ver perdida estaba, pues no había escuchado el mensaje de paz, ni lo había reconocido a él mismo como Dios, y agrega que llegarán días realmente difíciles para esta ciudad en que no quedará piedra sobre piedra, precisamente por no haber reconocido el mensaje de Dios.

Este llanto de Jesús permanece vivo en el tiempo, no solo por la ciudad de Jerusalén sino por tantas ciudades que están completamente alejadas de Dios y que no han querido reconocer el mensaje que Cristo nos ha venido a traer, pero del mismo modo estas ciudades algún día terminarán y se extinguirá, los grandes y soberbios monumentos de las ciudades cosmopolita no serán más que ruinas. Pero hay algo que permanecerá por siempre vivo en el tiempo: La palabra de Dios y sus promesas, la tierra pasará pero la palabra de Dios permanecerá intacta en el corazón de quienes lo han amado.

Madre de misericordia te pedimos que no permitas que caigamos en la soberbia del mundo y sus grandes esculturas, más bien has que nunca perdamos de vista la palabra de Dios y sus promesas de vida eterna que están por encima de todo. Enséñanos a amar a tu hijo como lo amas tú y a serle fiel como lo eres tú. Y que nunca más tengas que llorar por nosotros y por nuestros pecados.

En el corazón de mi Madre, la Iglesia... ¡Yo quiero ser el AMOR!

Jerusalen


Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas y a los enviados por Dios, este es el mensaje del Señor. Jerusalén era la ciudad elegida, el centro religioso, el centro de encuentro con Dios, en Jerusalén está el templo de Dios donde se debía ir. Ay Jerusalén que nos has querido ver al Señor tu Dios, el te visitó y no lo has reconocido, él vino a que reinara la paz en tu morada santa pero en cambio lo despreciaste, pero y si lo llevamos a nosotros también nos encontraremos con cosas que nos dice el Señor pues nosotros somos templos del Espíritu Santo y el Señor nos visita y hemos podido caer en el error de no ver lo que el Señor nos muestra, de no acoger la paz que el Señor nos da en su morada eterna.

“Vendrán días desastrosos para ti” y es que debemos estar listo para el combate pues los momentos difíciles y de gran incertidumbre han llegado a nuestros corazones, nuestros enemigos nos rodearán y sitiarán pero depende de nuestra astucia y de reconocer el salvador para poder vencer, la clave está en amar intensamente a María pues ella nos llevará a Jesús muy seguramente muy perfectamente y muy dulcemente. María venció, María fue rodeada por el maligna pero no puedo ser vencida pues la llena de gracia estaba destinada y prefigurada por el Padre para ser la madre de Dios y madre nuestra que con su “fiat” trajo a Jesús para que Él nos redimiera.

OH santa madre a tus manos maternales nos acogemos continuamente a tus manos de madre nos lanzamos buscando tu ayuda y tu protección, a tus manos de madre nos encomendamos para que nos enseñes a amar

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

Jueves 18 de noviembre de 2010.

Evangelio según San Lucas 19,41-44.
Cuando estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella,
diciendo: "¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos.
Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes.
Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios".

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Jerusalén era la ciudad donde estaba el Templo de los judíos. Tenía una grandísima importancia debido a que era el centro religioso de toda la región. Todos los judíos estaban obligados a peregrinar por lo menos una vez en la vida a Jerusalén. Por lo tanto, la figura de la ciudad no se quedaba sólo en las estructuras físicas, sino que representaba a todo el pueblo elegido.

«Jerusalén, Jerusalén, cuántas veces he querido acurrucarte bajo mis alas como la gallina a los pollitos y no has querido» (Mt 23, 37)

Jerusalén representa al pueblo elegido, de la misma manera que Roma representa a la Iglesia de Cristo. Por esta razón dice Jesús que vendrán días duros para ella, y así fue, cuando el imperio Romano destruyó el Templo en el año 70. Pero, ¿será que Jesús se refería sólo al pueblo elegido (judíos).

Del evangelio según yo:

Cuando estuvo cerca y vio a su hijo, se puso a llorar por él, diciendo: ¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos porque así lo has querido. Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas de vicios y tentaciones de toda clase, te sitiarán y te atacarán por todas partes. Hay de aquellos que no estén en gracia de Dios y no busquen al Señor, el ataque los devastará.

Te arrasarán junto con los que están contigo, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitado por Dios.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

17 noviembre, 2010

Miércoles, 17 de noviembre de 2010. Lc 19, 11-28

Los empleados de aquel hombre noble, no se dejaron llevar por los comentarios de quienes no lo querían como Rey. Resalto particularmente los que hicieron producir la onza que les habían dado, pues solo querían corresponder a su jefe, no esperaban la retribución que tuvieron.

Mamá aunque en nuestra iglesia hayan dificultades, aunque a veces hasta se rechace las enseñanzas de Jesús, ayúdanos a sostenernos firmes en el trabajo diario, en la fidelidad de cada día y que con tu poderoso auxilio y protección podamos estar siempre de cada a Dios, sin desear los bienes y regalos del Señor, sin trabajar por la paga, sino haciendo lo que nos corresponde hacer, pues su orden es “ámense”.

Santísima Virgen, permítenos conocer el corazón de Jesús para unirnos a él, sin opinar cosas que no son, líbranos de no querer créele, de atribuirle cosas que no son.

Miércoles 17 de noviembre de 2010.

Evangelio según San Lucas 19,11-28.
Como la gente seguía escuchando, añadió una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el Reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro.
El les dijo: "Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida.
Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: 'Háganlas producir hasta que yo vuelva'.
Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: 'No queremos que este sea nuestro rey'.
Al regresar, investido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.
El primero se presentó y le dijo: 'Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más'.
'Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades'.
Llegó el segundo y le dijo: 'Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más'.
A él también le dijo: 'Tú estarás al frente de cinco ciudades'.
Llegó el otro y le dijo: 'Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo.
Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado'.
El le respondió: 'Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigentes, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré,
¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses'.
Y dijo a los que estaban allí: 'Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más'.
'¡Pero, señor, le respondieron, ya tiene mil!'.
Les aseguro que al que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene.
En cuanto a mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia".
Después de haber dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén.

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El Reino de Dios es como la parábola que acabamos de escuchar. Jesús es el Reino de Dios y desea que produzcamos, no por él sino por nosotros mismos: «está bien, buen servidor, ya que has sido fiel en lo poco recibe el gobierno de diez ciudades». ¿Quién se beneficia más del bien sino aquel mismo que lo hace?

¿Por qué el que no tenía perdió hasta lo último para ser dado al que más tenía? ¿No sería lógico que el que más tenía nivelara a los demás para que todos quedaran con mucho? En realidad, el que no tenía era porque no había querido tener, consideró lo que se le había dado como una carga, como un estorbo “peligroso”: «Señor tuve miedo y guardé el dinero en un pañuelo». En cambio los demás consideraron los dones de Dios como una bendición. Por eso se les dio más y a los que no querían nada se les quitó lo que no querían tener.

Será que si deseamos con nuestro corazón tener y acrecentar la devoción a la Inmaculada ¿no se nos concederá? Al que tiene devoción se le dará más, y al que no tiene (porque no quiere tener) se le quitará hasta lo que tiene, no sea que ese mismo desprecio por la devoción a Nuestra Señora lo lleve a ser juzgado más fuertemente, mejor sería que se la quitaran para alivianar sus culpas.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

16 noviembre, 2010

Lucas 19, 1-10

Cuando zaqueo quería ver a Jesús, se le presentaron ciertos obstáculos, pero el no se quedo así,no se dejó derrotar.Hizo el esfuerzo de subirse a un sicomoro, para poder conseguir lo que quería: ver a Jesús.
Jesús siempre cumple sus promesas, y una de ellas esta en mt 7, 7-12, dice:"quien busca, encuentra". Y así fue que zaqueo busco ver a Jesús y no solo lo vio, sino consiguió que Jesús se alojara en su casa.
Nuestro Señor siempre cumple sus promesas, y mas si se trata de buscarlo a El,¿ como no lo vamos a encontrar?.
Muchas veces nos desesperamos frente a los obstáculos que se nos presentan en la vida espiritual, como aquella muchedumbre que no dejaba que zaqueo viera a Jesús, pero si a pesar de esos obstáculos lo buscamos estoy segura de que lo encontraremos.
Dulce mamá tu sabes que hay ocasiones en nuestra vida espiritual, que nos desaniman, y muchas veces queremos desistir, por eso ayúdanos a subirnos en el sicomoro de la oración y de el amor para que así podamos encontrar a Nuestro salvador

Martes, 16 de noviembre de 2010. Lc 19, 1-10

Zaqueo era rico, jefe de publicanos, lo tenía aparentemente “todo”, pero ¿Por qué quería ver a Jesús? Porque descubrió que todo lo que poseía no lo llenaba, que tenía un vacío, que la alegría de los discípulos era cautivadora, la cual le inquietaba, le antojaba, quería tener esta verdadera riqueza: JESÚS

Aunque en nuestra vida espiritual, por gracia, hayamos adquirido algunos hábitos, necesitamos buscar del Señor en todo momento, buscarle como zaqueo, elevarnos en el árbol de la oración, alegrarnos cuando lo recibamos en nuestra casa, cuando le comulguemos, y en consecuencia, debemos desapegarnos de nuestros bienes, incluso los espirituales, pues ¿acaso ya no nos apegamos? ¿Acaso estos también no los hemos recibido? Claro que sí, entonces, la maravilla, el tesoro de Dios que tenemos debemos cuidarlo, pero también trasmitirlo, como lo hizo la Virgen María. Ella que llevó a Jesús a donde Isabel, a Juan y también a nosotros.

Santísima Madre, enséñame a negarme, a ser generosa, pero con una caridad alegre, sincera y recta, que me lleve a comprender que mientras mas amor brinde, mas amor recibo del Señor y mientras mas amada me sienta de Dios, mas amor tengo que trasmitir. Amén.

Martes 16 de noviembre de 2010.

Evangelio según San Lucas 19,1-10.
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad.
Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos.
El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura.
Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí.
Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa".
Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador".
Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más".
Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

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Zaqueo quería ver a Jesús. Por su baja estatura no tenía la posibilidad de verlo ya que los demás se lo impedían. Zaqueo estaba impedido por el mundo para encontrarse con el Señor.

El mundo nos pone barreras para no convertirnos, muchas veces los mismos que siguen al Señor nos impiden acercarnos a él. Son tantos los que están cerca de Jesús y lo ven constantemente y no tienen un encuentro personal con él. Muchas veces aquellos que están viendo al Señor, tocándolo, escuchándolo siguen viviendo igual, en cambio, Zaqueo, con una sola mirada fue cautivado.

Ahora bien, el mundo le impidió a aquel pequeño hombre encontrarse con Jesús, pero Zaqueo se valió de la misma creación para encontrarse con él. Se subió a un árbol (algo creado) y allí, contemplando desde las alturas vio al Señor… ¿Qué tal si nos subimos a la contemplación de la naturaleza para encontrarnos con Jesús? Quizás allá, en medio del silencio sintamos la voz del Señor que nos dice: ¡Baja de allí, hoy voy a alojarme en tu casa!

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

15 noviembre, 2010

Lunes, 15 de noviembre de 2010. Lc 18, 35-43

Aunque Bartimeo no podía ver, si escuchó de Jesús y utilizó su voz para llamarle, así nosotros debemos utilizar los dones que Dios nos da para buscarle, pues los que ahora no podemos ver, pronto el Señor nos los permitirá usar para glorificarle y seguirle.

Al reconocer a Cristo, el ciego recobra su vista y se deja cautivar por el Divino Amor, de tal manera, que cambia su vida, deja su condición de limosnero, porque ya encontró quien saciaba su corazón.

Mi Jesús, tu amor me ha cautivado, me ha devuelto la dignidad, ahora solo quiero dejarme amar, entregarte todo, salir de mi egoísmo, pues reconozco que lo único que me pertenece es lo que generosamente brindo a los demás, se que para conservar tu amor debo trasmitirlo, darlo.

¿QUIÉN COMO DIOS? ¡NADIE COMO DIOS!

14 noviembre, 2010

Domingo, 14 de noviembre de 2010. Lc 21, 5-19

En la contradicción, en la persecución, en el momento en que no somos aprobados, es cuando hay que demostrar la fe, es cuando hay que dar testimonio, pues es muy fácil amar cuando nos aman, pero cuando no nos aman?, ahí esta la diferencia, lo heroico.

¿Cómo lograr actuar así? ¿Cómo mostrar a Jesús en una situación tan extrema? El Señor nos da la respuesta: “Porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir”

Esta ayuda y auxilio de Dios solo lo conseguiremos con la constancia y perseverancia diaria, pues ¿como vamos a acudir a Él si no le tenemos confianza? ¿Si no tenemos un trato cotidiano con Él?

Santísima Virgen María, enséñame a buscar a Jesús siempre en el sagrario, que viva verdaderamente en todo instante con la Eucaristía, que comprenda que Él nunca se separa de mi lado, aun cuando en mi ceguera no lo vea, ni lo sienta ni lo comprenda. Amén.

13 noviembre, 2010

Sábado, 13 de noviembre de 2010. Lc 18, 1-8

El hombre de este pasaje pensó que la viuda le podía acabar pegándole en la cara, pensaba así quizás porque eso haría en la posición de la mujer, porque su injusticia le permite atreverse hasta allá, por lo cual hizo el favor, lo justo, solo por salir bien librado.

La mujer actuó con insistencia y humildad, considerando que por sus propias fuerzas no podría hacer justicia, ella no pensó ni exigió al juez, mucho menos le agredió, su intención era conmover tal corazón.

Debemos cuidar siempre la intención de nuestra oración, para no caer en pensar lo del juez injusto, buscar exigirle a Dios, antevernos a agredirle con nuestra oración, seguramente el Señor no nos ve así, pero si queremos tener fruto en nuestro diálogo debemos fundirnos en el corazón, en la Voluntad de Dios, a imagen de la B.V. María.

Mamá, maestra de la oración, enséñanos a orar, a pedir, a hablar, a escuchar a Dios, que el pueda encontrar fe y humildad en nuestro corazón cada vez que lo busquemos, cada vez que Él nos mire, cada vez que Él nos hable.

12 noviembre, 2010

LECTIO DIVINA
En este evangelio el Señor comienza contando aquello que paso en tiempos de Noé y de Lot, cuenta que, la gente estaba muy tranquila comía, bebía y se casaba, hasta que llego el diluvio. y dice que así sucederá en los días del Hijo del Hombre.
Los musulmanes, tienen un gran orden en su oración, en sus sacrificio y en su vida espiritual.
Se levantan a las 5:30 - 6:00 de la mañana a orar, sus ayunos son de todo el día.
Y esto como católicos nos debe cuestionar , porque el Señor nos habla de que la gente se descuidó por tener una vida tranquila y termino muerta y nosotros teniendo la verdad no es justo que tengamos una vida tranquila y que sigamos durmiendo,comiendo y bebiendo mientras tantas almas se están condenando, mientras el mundo se está ahogando en el pecado, mientras a nuestra madre la hacen llorar y mientras a nuestro Señor lo están crusificando.
Debemos proponernos a comenzar una vida espiritual séria, donde podamos poner en practica nuestros deseos de santidad.
Mamá ayudanos a salir de nuestra mediocridad y pode servirle al Señor con amor y con un verdadero propósito de ser santos

Viernes, 12 de noviembre de 2010. Lc 17, 26-37

¿Cómo nos encontrará el Señor en su venida? ¿Qué cosas nos están distrayendo en su espera? El problema no es en si mismo comer, casarse, comprar, sino que la dificultad radica cuando volvemos estas actividades cotidianas en un fin, que empiezan a distraer nuestra vida espiritual. De ahí la importancia de tener nuestra meta en el cielo y frecuentemente revisar si nos estamos apartando de ella, pues fácilmente nos vamos desviando por lo que vemos, por lo temporal.


“El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará” por eso el que está en la azotea no debe bajar por sus cosas, pues su seguridad no puede estar puesta allí, ¿Por qué no orar? Mientras menos sea común en nosotros la oración, mas difícilmente pensaremos en recurrir a Dios en los momentos instantáneos de dificultad. Por eso es necesario cuidar el orden en la vida espiritual.


Santísima Virgen Inmaculada, Madre del Amor Hermoso, Maestra de la Oración, Reina del Cielo y de la Tierra, soy todo tuya, me consagro totalmente a ti y quiero perderme en tus brazos para tener la verdadera vida, enséñame a amar, a orar y a sufrir.

Viernes 12 de noviembre de 2010.

Evangelio según San Lucas 17,26-37.
En los días del Hijo del hombre sucederá como en tiempos de Noé.
La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos.
Sucederá como en tiempos de Lot: se comía y se bebía, se compraba y se vendía, se plantaba y se construía.
Pero el día en que Lot salió de Sodoma, cayó del cielo una lluvia de fuego y de azufre que los hizo morir a todos.
Lo mismo sucederá el Día en que se manifieste el Hijo del hombre.
En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, no baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás.
Acuérdense de la mujer de Lot.
El que trate de salvar su vida, la perderá; y el que la pierda, la conservará.
Les aseguro que en esa noche, de dos hombres que estén comiendo juntos, uno será llevado y el otro dejado;
de dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra dejada".
Entonces le preguntaron: "¿Dónde sucederá esto, Señor?". Jesús les respondió: "Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres".

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¿Qué debemos hacer ante esta lectura del evangelio? Nada, porque se supone que estamos preparados para cualquier acontecimiento, bien sea porque llegue la hora de nuestra muerte o la segunda venida de Nuestro Señor.

Ahora bien, ¿sí estamos preparados? ¿No?... entonces sí hay que hacer algo.

« La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos». ¿Acaso esto no era completamente normal? La gente siempre tiene que comer y beber porque de lo contrario muere. La gente se casa porque es necesario para la supervivencia de las naciones, entonces… ¿por qué murieron aquellas personas cuando llegó el diluvio? Porque comían, bebían y se casaban, no como un medio para llegar a Dios, sino como un fin mismo y seguramente se habían olvidado de Él.

Es necesario comer, beber y casarse en la voluntad de Dios. Es necesario que todas nuestras acciones estén impregnadas de la oración y del amor a Dios, no sea que olvidemos quiénes somos y por qué estamos aquí.

Bien lo dice el Papa Benedicto XVI en su carta a los seminaristas:

« queridos amigos, es tan importante que aprendáis a vivir en contacto permanente con Dios. Cuando el Señor dice: "Orad en todo momento", lógicamente no nos está pidiendo que recitemos continuamente oraciones, sino que nunca perdamos el trato interior con Dios. Ejercitarse en este trato es el sentido de nuestra oración. Por esto es importante que el día se inicie y concluya con la oración. Que escuchemos a Dios en la lectura de la Escritura. Que le contemos nuestros deseos y esperanzas, nuestras alegrías y sufrimientos, nuestros errores y nuestra gratitud por todo lo bueno y bello, y que de esta manera esté siempre ante nuestros ojos como punto de referencia en nuestra vida. Así nos hacemos más sensibles a nuestros errores y aprendemos a esforzarnos por mejorar; pero, además, nos hacemos más sensibles a todo lo hermoso y bueno que recibimos cada día como si fuera algo obvio, y crece nuestra gratitud. Y con la gratitud aumenta la alegría porque Dios está cerca de nosotros y podemos servirlo»

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

11 noviembre, 2010

Jueves, 11 de noviembre de 2010. Lc 17, 20-25

Jesús relaciona el Reino de Dios con el Hijo del hombre y nos señala que Él mismo es el Reino, que no debemos hacer caso cuando nos dicen “está aquí o está allí” pues debe estar en medio, dentro de nosotros, habita en nosotros, nosotros habitamos en Él, vivo y presente en la Eucaristía.


Los fariseos preguntaron cuando llegaría el Reino de Dios, quizás no porque lo anhelaban sino por ver el suceso espectacular, por eso la Virgen María nos enseña la humildad y la sencillez con la que Dios quiere que vivamos.


Mamá enséñanos a no perder la capacidad de asombro de las cosas sencillas y pequeñas con las cuales nos conquista nuestro Señor diariamente, que podamos desear vivamente que “venga tu Reino”, que le creamos, que le necesitemos, que no contemplemos la vida fuera de él, igualmente sostennos en la prueba y en la noche oscura para perseverar fielmente hasta el final. Amén

EL REINO DE DIOS


El Reino de Dios es Cristo, por esta razón el reino de Dios empieza a reinar en los corazones de los fieles que se acogen su amor y a su misericordia. El Señor ha dado su vida entera para devolvernos vida y vida en abundancia y sin embargo muchas veces no sabemos cómo responderle a su llamado pues ni entendemos cual es su llamado.

Habrá momentos de sufrimiento y de dolor en que se quisiera tener el valor y la fe que nos enseña el Señor, sin embargo en ese momento debemos recordar que Jesús reina eternamente y que ni el sufrimiento ni el dolor podrá arrancar de nuestros corazones la vocación a la cual hemos sido llamados; Santidad.

Oh virgen inmaculada enséñanos a amar a entregarnos completamente, enséñanos a donarnos con alegría por las almas, mamá te pido que me muestres el camino que quieres para mí, que es lo que Dios quiere.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

El final se acerca


Nadie sabe cuándo regresará Jesús, esto no es algo que se pueda mostrar. Muchos engañan a la gente diciendo que Jesús ya está aquí, o que el mundo se acaba tal o cual día, pero en realidad no sabemos cuándo será el final.

Podríamos concluir al observar los signos de los tiempos que el final se acerca, sin embargo, es imposible decir fecha exacta, es más ni siquiera una aproximación sería prudente en este caso, pues solo Dios sabe para cuando tiene preparada la segunda venida de su hijo.

Lo que sí es cierto es que Jesús habita entre nosotros y se encuentra vivo y presente en la Eucaristía, sin embargo, muchos lo rechazan y como el mismo lo dice sufre mucho y es rechazado por los hombres.

Queremos amarte Jesús y consolar tu corazón, queremos ser quienes en medio de tanto sufrimientos y rechazo de la humanidad luchemos contra el pecado para podernos dejar amar de ti de una manera mucho más perfecta.

Madre de misericordia, te pedimos que nos regales el discernimiento para saber cómo actuar según el signo de los tiempos, pero sobre todo te pedimos que nos regales un amor ardiente por tu hijo Jesús, quien sufre en su corazón a causa del desamor de la humanidad.

En el corazón de mi Madre, la Iglesia... ¡Yo quiero ser el AMOR!

El final se acerca

Nadie sabe cuándo regresará Jesús, esto no es algo que se pueda mostrar. Muchos engañan a la gente diciendo que Jesús ya está aquí, o que el mundo se acaba tal o cual día, pero en realidad no sabemos cuándo será el final.

Podríamos concluir al observar los signos de los tiempos que el final se acerca, sin embargo, es imposible decir fecha exacta, es más ni siquiera una aproximación sería prudente en este caso, pues solo Dios sabe para cuando tiene preparada la segunda venida de su hijo.

Lo que sí es cierto es que Jesús habita entre nosotros y se encuentra vivo y presente en la Eucaristía, sin embargo, muchos lo rechazan y como el mismo lo dice sufre mucho y es rechazado por los hombres.

Queremos amarte Jesús y consolar tu corazón, queremos ser quienes en medio de tanto sufrimientos y rechazo de la humanidad luchemos contra el pecado para podernos dejar amar de ti de una manera mucho más perfecta.

Madre de misericordia, te pedimos que nos regales el discernimiento para saber cómo actuar según el signo de los tiempos, pero sobre todo te pedimos que nos regales un amor ardiente por tu hijo Jesús, quien sufre en su corazón a causa del desamor de la humanidad.

En el corazón de mi Madre, la Iglesia... ¡Yo quiero ser el AMOR!

El final se acerca

Nadie sabe cuándo regresará Jesús, esto no es algo que se pueda mostrar. Muchos engañan a la gente diciendo que Jesús ya está aquí, o que el mundo se acaba tal o cual día, pero en realidad no sabemos cuándo será el final.

Podríamos concluir al observar los signos de los tiempos que el final se acerca, sin embargo, es imposible decir fecha exacta, es más ni siquiera una aproximación sería prudente en este caso, pues solo Dios sabe para cuando tiene preparada la segunda venida de su hijo.

Lo que sí es cierto es que Jesús habita entre nosotros y se encuentra vivo y presente en la Eucaristía, sin embargo, muchos lo rechazan y como el mismo lo dice sufre mucho y es rechazado por los hombres.

Queremos amarte Jesús y consolar tu corazón, queremos ser quienes en medio de tanto sufrimientos y rechazo de la humanidad luchemos contra el pecado para podernos dejar amar de ti de una manera mucho más perfecta.

Madre de misericordia, te pedimos que nos regales el discernimiento para saber cómo actuar según el signo de los tiempos, pero sobre todo te pedimos que nos regales un amor ardiente por tu hijo Jesús, quien sufre en su corazón a causa del desamor de la humanidad.

En el corazón de mi Madre, la Iglesia... ¡Yo quiero ser el AMOR!

Jueves 11 de noviembre de 2010.

calvario[1]

Evangelio según San Lucas 17,20-25.
Los fariseos le preguntaron cuándo llegará el Reino de Dios. El les respondió: "El Reino de Dios no viene ostensiblemente, y no se podrá decir: 'Está aquí' o 'Está allí'. Porque el Reino de Dios está entre ustedes".
Jesús dijo después a sus discípulos: "Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán.
Les dirán: 'Está aquí' o 'Está allí', pero no corran a buscarlo.
Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día.
Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación.

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San Cirilo de Alejandría nos dice al respecto de este evangelio: Como el Salvador mencionaba con frecuencia el reino de Dios en los discursos que dirigía a otros, se burlaban de El los fariseos. Por esto dice: "Y preguntándole los fariseos: ¿Cuándo vendrá el reino de Dios?", como si dijeran con tono irrisorio: antes que venga el reino de quien hablas te cogerá la muerte de la cruz. Pero el Señor, manifestando su paciencia, en vez de devolver injuria con injuria, no desdeña responder a los que tan mal le trataban. Sigue, pues: "Les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con muestra exterior", como diciendo: No preguntéis acerca de la época en que el reino de Dios vendrá por segunda vez.

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Primero que todo tenemos que preguntarnos qué es el Reino de Dios. El Reino no es una cosa abstracta o una especie de estado en el cual vamos a encontrarnos algún día. El Reino de Dios es una persona, es el mismo Cristo. El Reino de Dios no va a venir de un día para otro sino que ya está entre nosotros. Por eso dice el Señor en el evangelio: «Porque el Reino de Dios está entre ustedes».

Ahora bien, ese Reino de Dios se manifestó de una manera especial entre los hombre, porque el día de la muerte en la cruz su reinado se extendió por todo el universo y su Sangre Preciosísima inundó todo el mundo de las gracias otorgadas por el Sacrificio Salvador. Ese día, tal como el relámpago en el cielo, todos los hombres conocieron en sus almas el Reino de Dios que nos hizo herederos del Cielo, Hijos de Dios.

Dice San Beda al respecto: «O dice que el reino de Dios es El mismo, colocado en medio de ellos, esto es, reinando en sus corazones por la fe».

Pero, ¿qué pasa con la segunda venida de Cristo? No sé si este evangelio esté hablando de la segunda venida… creo que está hablando únicamente de la redención otorgada en la Cruz.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

10 noviembre, 2010

Miércoles, 10 de noviembre de 2010. Lc 17, 11-19

El Señor les ordena a los leprosos presentarse ante los sacerdotes, supongo que para esto tenían que ir al templo de Jerusalén, tenían que pasar toda Samaria, tenían que caminar mucho, pero en el camino quedan sanos ¿continuarían hasta el templo? Quizás si, por el certificado de su curación, por recuperar su condición social, sin embargo, podían optar por devolverse a agradecer a Jesús, recuperar de Él la dignidad de hijos y podrían caminar con Él, pues el Señor también se dirigía a vivir la pascua.


Mi amado Jesús, quiero caminar contigo, porque de nada me sirve ser tenida en cuenta en la Iglesia, en mi comunidad, si no te tengo en cuenta a ti, si no soy tenida en cuenta por Ti.


Quiero con la Virgen María, imitar al leproso agradecido, postrándome a tus pies, para que mi acción de gracias sea humilde, reconociendo tus maravillas y proezas, pues lo que me has dado es fruto de tu infinita misericordia, pues ¿que tengo que no haya recibido de ti?.


San León Magno, ruega por nosotros.

Agradecer a Dios


El Señor nos toca a la puerta y si le abrimos viene y cena con nosotros, nos sana, libera del pecado y nos lleva a una comunión con él y sin embargo muchas veces no damos la gratitud que Dios se merece.

El Señor nos pide un poco de gratitud y no porque él la necesite sino porque de esa forma la gloria queda manifestada en él y a la vez el testimonio se convierte en testimonio para otros, cuando agradecemos a Dios sus obras en nosotros, Él nos permite experimentar los gozos de dar ese mismo testimonio a otros pues de esa forma el leproso sanado y agradecido se convierte en testimonio para otros, además que el corazón se alegra y se une más plenamente con Dios.

El hombre sanado de lepra vino donde Jesús a agradecerle y cayó de rodillas, (imagino yo que lloró de emoción) y esto lo acercó con el verbo encanado. Quedó justificado, pues él su respuesta a Jesús es verdadera y honesta.

Tu fe te ha salvado, una fe que se ha manifestado en la obra de acercarse a Jesús y de agradecerle su obra en él, una fe que lo lleva a tener un encuentro personal con Cristo, pues luego de haber sido sanado ha venido para agradecer y allí tiene su encuentro personal con Dios, quien lo encamina y felicita por la gratitud mostrada.

Oh virgen inmaculada enséñame a tener gratitud con Dios por sus obras maravillosas en mi vida, enciende mi fe hasta la morada divina para contemplarlo y amarlo hasta el extremo. Señor que yo te ame y te siga sin miedo hasta donde tú quieres que yo vaya.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

Miércoles 10 de noviembre de 2010

Evangelio según San Lucas 17,11-19.
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea.
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia
y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!".
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta
y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano.
Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?".
Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado".

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Lepra

De los diez leprosos que fueron curados sólo uno tuvo gratitud con el Señor. Los diez fueron curados de la lepra, pero sólo uno fue justificado. «¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su propia alma?», ¿de qué le sirve a un leproso quedar curado de su enfermedad si ni siquiera se va a acordar de darle gracias a Dios?

Nótese cómo aquellos nueve fueron curados y cada vez se alejaron más del Señor, en cambio el samaritano fue curado y cada vez se acercaba más al Señor. ¿Y yo, me estoy acercando o me estoy alejando? ¿Estoy actuando como mal judío o como extranjero?

De la mano de María tenemos la certeza de caminar siempre hacia Jesús. Con María la ruta siempre es segura.

Madre Inmaculada, que mi horizonte siempre sea Cristo. Que mi camino siempre sea Cristo. Que mi motor siempre sea Cristo. Contigo, por ti, en ti y para ti.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

09 noviembre, 2010

Martes, 09 de noviembre de 2010. Jn 2, 13-22

Me imagino la actitud de los discípulos, ¡estupefactos mirando a Jesús! ¿Cómo mirar su actitud? Pues los mismos apóstoles, movidos por el Espíritu Santo, lograron comprender que fue el celo el que llevó al Señor a tomar esta reacción, pues ellos no necesitaban más signos, como lo pedían los judíos; comprendían que el Verdadero sacrificio era la inmolación de ellos mismos, que estaba bien presentar bueyes o palomas según la condición económica, pero mas aun era importante venir preparados, no hacerlo como una costumbre mas.


Santísima Virgen, hoy quiero ofrecer mi vida como holocausto de amor a Dios, que mi cuerpo sea templo suyo, para que habite, por eso te pido que me limpies de todo lo que le desagrada, para que nunca se vaya de mi vida, que cada vez que vaya asistir a la Santa Misa, seas tu mamá quien me prepare y lo recibas en mi. Totus Tuus.

El cuerpo es templo del Espíritu Santo


Muchas veces no le damos al templo la importancia que tiene y pasamos delante de él como quien pasa por cualquier lugar, pero el templo es la misma casa de Dios. En el templo se encuentra Jesús, entonces ¿cómo no ser reverentes en el templo y esforzarnos porque se mantenga lo más limpio y digno posible. Es por esto mismo que la manera como nos comportamos en el templo es la manera como nos comportamos delante del mismo Dios.

Pero al igual que Jesús vive en el templo, el Espíritu Santo vive en nuestro cuerpo, de hecho recibimos a Jesús todos los días, lo cual hace de nuestro cuerpo una casa donde también habita Dios. Es por esto también que la lucha es para que nuestro cuerpo sea tan puro y limpio que sea digno de que Dios habite en él.

Madre de misericordia, estamos llenos de impurezas e imperfecciones, pero te pedimos que tú con tu pureza nos ayudes a hacer de nuestro cuerpo un verdadero templo del Espíritu Santo, que podamos vivir siempre en gracia de Dios para que nuestra voluntad se una a cada instante con la de Cristo y sean una sola.

En el corazón de mi Madre, la Iglesia... ¡Yo quiero ser el AMOR!

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