Los empleados de aquel hombre noble, no se dejaron llevar por los comentarios de quienes no lo querían como Rey. Resalto particularmente los que hicieron producir la onza que les habían dado, pues solo querían corresponder a su jefe, no esperaban la retribución que tuvieron.
Mamá aunque en nuestra iglesia hayan dificultades, aunque a veces hasta se rechace las enseñanzas de Jesús, ayúdanos a sostenernos firmes en el trabajo diario, en la fidelidad de cada día y que con tu poderoso auxilio y protección podamos estar siempre de cada a Dios, sin desear los bienes y regalos del Señor, sin trabajar por la paga, sino haciendo lo que nos corresponde hacer, pues su orden es “ámense”.
Santísima Virgen, permítenos conocer el corazón de Jesús para unirnos a él, sin opinar cosas que no son, líbranos de no querer créele, de atribuirle cosas que no son.
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