“El celo por tu casa me consumirá” Este es el celo de Jesús por la casa de Dios, por la casa del Padre celestial. Es el celo el que lleva a Jesús a exhortar y mostrar que el templo no es un lugar para los negocios, ni para el cambio de monedas. El templo es un lugar para orar, para encontrarse con Dios, para encontrarse solo con él y en ese encuentro encontrarse al mismo tiempo con uno mismo. (Señor en donde más encontraré tu rostro si no es en la oración)
Tú estás en medio de nosotros y es a nosotros quien quieres, por esto su celo, el Señor busca que nos acerquemos a él con el mismo celo de amor con el que él nos llama. El templo es un lugar de oración por esto nuestro cuerpo es también templo del espíritu santo, es templo de amor y verdad, es templo de entrega y sacrificio, es un lugar donde se puede encontrar con Cristo.
El Señor lo construirá en tres día pues él sabe de qué templo está hablando, está hablando de su cuerpo que aunque será ultrajado, golpeado, masacrado al tercer día resucitará y de esto sus discípulos darán testimonio.
Que la virgen María nos ayude a cuidar nuestro templo que es templo del espíritu Santo, que nos ayude a orar con Dios y a unirnos a su voluntad. Oh virgen inmaculada enséñanos a orar.
¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!
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