Todos los días enseñaba en el templo”, no hay duda que el Señor había enseñado, había tenido la suficiente paciencia con los vendedores en el templo, les había explicado el sentido del templo, les había predicado, sin embargo por su obstinación fue que el Señor se puso a expulsarlos.
Los vendedores solo les preocupaba vender, por eso no pusieron suficiente atención a las palabras de Jesús, les impedía encontrarse verdaderamente con Dios en el templo… a ti y a mi ¿Qué nos inquieta? ¿Qué nos trunca la oración?
Ahí es donde hay que trabajar, pues es lo que nos nubla la razón, porque sino cambiamos, esto seria ocasión de que se desate la justicia de Dios.
Virgencita, ayúdanos a ser dóciles a Dios, a no poner obstáculos a la gracia, permítenos fortalecer nuestra voluntad sin desesperarnos, solo poniendo los ojos fijos en Dios. Te amo!
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