20 noviembre, 2010
La Resurrección de los Muertos
El Señor nos habla del misterio de la resurrección de los muertos, pues fue puesto a prueba por los saduceos que niegan la resurrección de los muertos sin embargo los saduceos también eran judíos ricos y tenían fuerza política, sin embargo no es poco diferente a lo que nos encontramos en la actualidad cuando vemos tantos “Creyente” pero que se mofan de negar muchas realidades de fe y misterios doctrinales revelados por Dios.
El Señor es muy claro, Dios es un Dios de vivos y no de muertos por esto es un Dios de resucitados. “Quienes sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección” El Señor pone en claro el juicio, pone en claro que debemos pasar por un juicio donde seremos juzgados dignos o no de la vida eterna y esto conforme a nuestra vida terrena. Según el esfuerzo que nosotros pongamos en la lucha por el reino.
De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, los hombres mueren y “los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación.” Con la muerte termina nuestra vida en la tierra. ( Juan 5, 29, cf. Dn. 12,2)
Algo importante es que Jesús resucitó en su propio cuerpo, aunque era un cuerpo glorioso pues tuvo hambre y comió y además le dijo a Tomas que metiera sus manos en las llagas de las manos y costado y creyera.
“Todos resucitarán con su propio cuerpo, que tienen ahora” (Concilio de Letrán IV: DS 801), pero este cuerpo será “transfigurado en cuerpo de gloria” (Filipenses 3, 21).
El Señor nos llama a la vida eterna, el llamado de nosotros es a la trascendencia, ir más allá, en la realidad eterna. Oh santísima virgen María tú que has sido la madre del verbo encarnado enséñame a amar a mi prójimo, ayúdame a buscar la vida eterna.
¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!
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