08 noviembre, 2010
La fe de los Apostoles
El Señor nos reprende y nos pone en alerta, ¡ay de aquel que ocasiona un escándalo! El que peca y escandaliza al otro, trae consigo una gravedad mayor. El pecado daña el corazón de quien lo comete e incluso en muchas ocasiones lleva a otros al mismo pecado, pues este carga una ambición de no quedar solo, sino de manchar a otros con lo mismo, por esta razón, “El borracho siempre quiere emborrachar al otro”.
Por otro lado el Señor nos habla del perdón, si alguien peca y se arrepiente se debe perdonar pues el Señor también perdona y no quiere decir esto debilidad en el corazón pero si amor grande. Si tu prójimo peca, corrígelo dice el Señor pues si te escucha y cambia has ganado alguien para el reino de los cielos.
Es impresionante como después de esto los apóstoles lo que saben decir es “Auméntanos la fe” pues cuando se ve algo complejo nuestra respuesta se encamina hacia allá, Señor nuestra fe es pequeña pero tú puedes aumentarla. Y el Señor nos alienta poniéndonos en reflejo la fuerza de incluso una pequeña fe, es decir la fe es tan impresionante que basta un poco para ver la obra de Dios, basta que sea del tamaño de un grano de mostaza para que el Señor obre sus maravillas.
Virgen inmaculada tu que tuviste una fe viva y encendida enséñame a amar y a tener fe, ayúdame a aumentar mi fe que quiere ser puesta a tu servicio. Oh Mamá enséñame a amar todos los días de mi vida.
¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!
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