En la contradicción, en la persecución, en el momento en que no somos aprobados, es cuando hay que demostrar la fe, es cuando hay que dar testimonio, pues es muy fácil amar cuando nos aman, pero cuando no nos aman?, ahí esta la diferencia, lo heroico.
¿Cómo lograr actuar así? ¿Cómo mostrar a Jesús en una situación tan extrema? El Señor nos da la respuesta: “Porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir”
Esta ayuda y auxilio de Dios solo lo conseguiremos con la constancia y perseverancia diaria, pues ¿como vamos a acudir a Él si no le tenemos confianza? ¿Si no tenemos un trato cotidiano con Él?
Santísima Virgen María, enséñame a buscar a Jesús siempre en el sagrario, que viva verdaderamente en todo instante con la Eucaristía, que comprenda que Él nunca se separa de mi lado, aun cuando en mi ceguera no lo vea, ni lo sienta ni lo comprenda. Amén.
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