29 marzo, 2011

Martes, 29 de marzo de 2011. Mt 18, 21-35

“El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda”
El perdón perfecto brota del corazón, así Dios tiene misericordia de nosotros, desde su corazón nos perdona y la manifestación externa de este acto de bondad, es que nos perdona TODA la deuda.

¿Para que este empleado quería que el otro le pagara la deuda? ¿Quería pagarle a su Señor? Con seguridad no quería pagarle a su señor, pues a este no le debía nada, porque ya le había perdonado. Supongo que este empleado quería el dinero para malgastarlo o por simple usura y avaricia.

¿Con que fin buscamos a nuestros hermanos? ¿Somos egoístas? Si solo buscamos el provecho personal y se nos olvida pensar en el otro, mereceríamos la cárcel, mereceríamos pagar todo lo que le debemos a Dios y a nuestro hermano, pues les hemos robado lo que les pertenece, particularmente, a Dios le hemos robado su gloria.

Madre inmaculada, alcánzanos de Dios la misericordia, ayúdanos Madre a aceptar que el perdón no lo merecemos, pero es un acto gratuito y extremo de amor, permítenos corresponderle generosamente. Amén

No hay comentarios:

Search