05 junio, 2011

La caridad

Evangelio según San Mateo 28,16-20. 
Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado.
Al verlo, se postraron delante de el; sin embargo, algunos todavía dudaron.
Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo". 

___
¿Cuál es la misión del Cristiano? predicar el Evangelio para que todos los pueblos sean discípulos de Cristo, para que se bauticen y para que cumplan todo lo que el Señor nos ha mandado. Vamos a desmenuzar estos elementos:


1. Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos: Para ello se necesita llegar a todos los pueblos. Hoy con la tecnología es fácil lograr esto (llegar), pero lo que no es fácil es hacer que sean discípulos de Cristo. ¿Cómo van a querer serlo si ni siquiera los que lo conocemos nos atrevemos a serlo? como decía Gandhi: "Cristo, ven a la India, pero que vengan los cristianos". Qué mala impresión solemos dar.
2. Bautizándolos en el Nombre del Padre...: Este segundo elemento es una consecuencia del primero. Si los pueblos se hacen discípulos de Cristo entonces se bautizarán.
3. Enséñeles a cumplir todo lo que les he mandado: ¿y qué nos ha mandado Cristo? ¿En qué radica toda la enseñanza de Jesús? bien lo dijo Él, el primer y más importante de los mandamientos es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. Entonces, la clave está en el amor, en la caridad. Pero ¿cómo practicarla? ¿cómo vivir la caridad?


La respuesta la tiene el apóstol Pedro (1 Pe 3,3): Finalmente, tengan todos un mismo sentir, compartan las preocupaciones de los demás con amor fraterno, sean compasivos y humildes. 9 No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien bendigan, pues para esto han sido llamados; y de este modo recibirán la bendición. 10 El que de veras quiera gozar la vida y vivir días felices, guarde su lengua del mal y que de su boca no salgan palabras engañosas. 11 Aléjese del mal y haga el bien, busque la paz y corra tras ella. 12 Porque el Señor tiene los ojos puestos sobre los justos y los oídos atentos a sus peticiones; mas el Señor se opone a los que hacen el mal.


Entonces, concluyendo. Para que el Reino de Dios se extienda por todo el mundo es necesario que cada uno de nosotros viva ese Reino en el corazón. De poco sirve anunciar sin ser uno el primero en convencerse de lo que anuncia. Si fuéramos, o nos atreviéramos a ser santos, entonces el mundo acogería a Cristo con mucha más facilidad, porque lo que la gente busca es la Verdad, y ésta está en Cristo.


Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

No hay comentarios:

Search