22 marzo, 2010

Jesús en todo indica la sumisión y obediencia que debe a su Padre. Eso es lo que nos quiere mostrar y demostrar todo el tiempo, la obediencia.
Esa misma obediencia es la que hemos de aprender de Jesús y ponerla en practica, aunque será un poco difícil, se podrá con la gracia del amor, dado que el amor todo lo puede como lo indica San Pablo en su epístola.

Jesús impactaba en las personas no por hacer alarde de su condición Divina, sino por su condición siempre obediente al Padre. Además es de saber que también debió obediencia a sus padres adoptivos, a José y a María, de modo que estas tres obediencia de tres personas nunca se contradijeron, dado que los tres, o mas bien, los cuatro han estado sumergidos en la Voluntad Divina, que es una para toda criatura, el amor. Ahora sí, el Amor es obediencia y la obediencia actúa con amor.

1 comentario:

Un fiel más dijo...

Obediencia al Padre, obediencia al Espíritu y obediencia a sus Padres no se contradicen porque José y María estaban unidos por el Hijo al Padre en el Espíritu Santo...
La unión de los cristianos se da en la obediencia a una misma cabeza, es decir a Dios por medio del vicario de Cristo -el Papa-.

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