08 septiembre, 2011


Miércoles, 07 de septiembre de 2011. Lc 6, 20-26

Fijando su mirada, como queriendo traspasar los corazones, La Humildad, Jesús nos habla de la necesidad humana de reconocer sus limitaciones, de conocer su fragilidad, su pobreza, pues ante tal situación es necesario corresponder a su mirada, es decir, el hombre al conocer su realidad, lo único que puede hacer es alzar sus ojos a Dios.

Por eso es tan necesario no desear alabanzas, porque distraen, en cambio en la persecución, exclusión, insultos e incomprensión verdadera por causa de Dios, mueve a un profundo y continuo encuentro con el Amado, mueve a pensar en clave de eternidad, el mismo Señor concede la virtud teologal de la esperanza, esperanza que nos da a través de María.

Totus Tuus, María

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