03 septiembre, 2011

Primero Dios!


Sábado, 03 de septiembre de 2011. Lc 6, 1-5

Beda. Como los discípulos no tenían tiempo para comer por la impertinencia de las turbas, tenían hambre como hombres; pero cortando espigas, calmaban su necesidad; lo cual es un indicio de la austeridad de la 
vida, que no buscaban manjares preparados, sino alimentos simples.

¡wow! Si los discípulos estaban comiendo las espigas era porque la comida, la consideraban como algo útil, necesario para el cuerpo, pero no se les convertía en un fin, por eso no se desesperaron, ¡tenían a Jesús! Él les acompañaba, con Él vivían la aventura, por lo tanto no se quejan al comer las semillas de trigo.

El Señor sabía que no había mala intención en sus queridos apóstoles, por eso salió en su defensa ante la crítica de los fariseos, los cuales no sabían que era estar cansado por la evangelización, los cuales no habían entendido el esfuerzo mismo de su antepasado David y de sus hombres.

¡Cuán diferente es ver las acciones de Jesús con sus discípulos y vivir con Jesús todos sus actos! Hay unos que solo se quedan en la crítica, en el juicio, pero poco conocen del Amor y del celo apostólico, y Jesús sabe eso por eso afirma que es Señor del Sábado, y solo se puede entender su señorío teniendo un profundo y personal encuentro con Él.

Mamá que mi escala de valores sea la tuya, para ordenar todo lo temporal hacia Dios, quien es el Rey, el que me cautivó, el que me amó hasta el extremo y a quien quiero amar por siempre. Amén

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