02 agosto, 2011

Ceguera = soberbia, Ver = Humildad


Martes, 02 de agosto de 2011. Mt 15, 1-2. 10-14

¿Cómo se reconoce a un ciego espiritual? ¿Cómo alguien que ve puede volverse ciego (espiritualmente hablando)? 

Jesús nos lo explica a través del Padre Michelini: “El humo lleva oscuridad, el humo mancha, el humo impide ver porque en medio del humo los ojos arden y se necesita cerrarlos aún contra la voluntad. La soberbia es el humo que ha entrado en mi Iglesia por el cual muchos… no ven, no comprenden el mar de confusión y contradicciones en el que viven… no ven el abismo que está para abrirse bajo sus pies”  (Confidencias de Jesús a un Sacerdote, Parte 4ª, el humo de satanás.)

Entonces, para reconocer un ciego hay que ser humilde, para no ser ciego hay que ser humilde, porque la soberbia enceguece el entendimiento, y por tanto, se cae en pecado y con el pecado grave, se pierde la gracia.

Para ser humildes hay que dejarse plantar, es decir, dejarse Amar, del Padre, tener a Cristo que es La Humildad en unión el Santo Espíritu; es tener a Dios dentro para que sea Él el que salga por la boca, por los poros, por los sentidos. 

La Virgen María es la llena de gracia, la llena de Dios, por eso Ella nos enseña a vivir en la perfecta unión, en la comunión con Dios, Ella no tiene mancha porque por su “boca” solo sale Amor. Mamá que todo lo que salga de mi, no solo tenga sino que sea Cristo, como consecuencia de la unidad con Él. Gracias mi Señora, por cada comunión que me llevas a recibir.

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